Sasuke Uchiha solo vive para una cosa: la venganza disfrazada de justicia, pues en el pasado alguien le arrebató todo lo que le importaba. Sádico, frío y cruel. Herido, atormentado y al borde de la locura, Sasuke se oculta detrás de la máscara del d...
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Anhelaba olvidar. Más bien, lo necesitaba. Con el transcurrir de los años, se percató de que solo podía alejar a sus demonios por unas pocas horas, cuando estaba lo bastante distraído para no pensar. Sin embargo, incluso en momentos así, su mente insistía en arrastrarlo de vuelta al pasado, obligándolo a enfrentar el horror una y otra vez. Pero él no había derramado una lágrima en casi veinte años. Tal vez porque se había secado por dentro, o simplemente se había acostumbrado. De cualquier manera, a estas alturas, eso ya no le importaba..
Sakura extendió su brazo, enterrando su mano en su oscura cabellera, mientras su lengua jugueteaba con la de él. A pesar de la incomodidad que le causaba que ella tirara de su cabello, Sasuke no emitió ninguna queja. Se encontraba demasiado absorto con los botones de su uniforme de enfermera. De todas formas, no deseaba iniciar una discusión, especialmente no en ese momento, cuando estaban a punto de coger como conejos.
Después de quitarle el vestido blanco, Sasuke dio un paso atrás. Como esperaba, ella no llevaba nada para sujetar sus pequeños pechos. Aunque no se miraban a los ojos, una regla que él se había impuesto, lo hizo en ese momento. Los de ella, medianos y verdes como el jade, lo contemplaron con deseo.
Sasuke se inclinó para soplar en su pezón desnudo hasta que se contrajo. Deslizó la lengua alrededor de la areola y luego chupó suavemente, antes de morderlo. En contra de todas sus expectativas, Sakura le acunó la cabeza mientras él se movía para probar el otro pecho y gimió tan suavemente que dudó que fuera ella.
Justo cuando él quería oírla, le sobrevino un repentino ataque de timidez.
Descendiendo, le trazó un camino de besos a lo largo del abdomen, chupando y dejando pequeños mordiscos, se dedicó a burlarse de ella.
—Sasuke... —Sakura se mordió el labio inferior—. Hazlo ya.
Lo quería dentro de ella, con tanta desesperación que resultaba vergonzoso. Tenía que admitirlo, era la única forma en que se complementaban, convirtiéndose en uno. Tan patético que a veces la hacía dudar de su propia cordura. ¿Por qué no podía anhelar otra cosa? Había pensado en poner fin a lo que fuera que tuvieran; sin embargo, cuando lo tenía enfrente, toda aquella determinación se desvanecía.
Él esbozó una sonrisa y se enderezó para besarla de nuevo.
—Sin preliminares, ¿en serio?
Sakura negó con la cabeza, tomándole la mano y lo condujo hasta su entrepierna, donde estaba húmeda y cálida para él. Por él.
Sasuke continuó acariciándola, formando círculos y provocándole gemidos incluso antes de introducir dos dedos en su interior. Sakura abrió las piernas, moviéndose contra él. Así, con los ojos entrecerrados y respirando con dificultad, parecía sumisa e indefensa. Nada podría estar más lejos de la verdad que esa tonta idea; Sakura Haruno era tan letal como cualquiera en Infernum.
