Capítulo V.

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—Buen día.

—Sh —el teñido murmura cubriéndose los ojos con su antebrazo—. No me grites al oído.

—Susurré —responde el pelinegro con un tono de voz más tranquilo, pero con un deje de burla— ¿Te duele la cabeza?

—No sabía que un trago con sabor a sandía me haría tan mal —Kenma gime un poco, removiéndose sutilmente en la cama sin abrir los ojos— ¿Qué me has hecho? —cuando Kuro se ríe, no es audible, pero Kenma puede sentirlo por las vibraciones del pecho ajeno apoyado contra su costado— ¿Cómo es que estás tan bien? —pregunta el más pequeño frotándose los ojos.

—Siempre he aguantado mejor la resaca que tú, gatito —Kuro deposita un casto beso en su hombro antes de levantarse— ¿Qué te parece comer en la cama?

—Me encantaría, pero no puedo comer en este instante —murmura el teñido— ¿qué tal un café en la cama? —pregunta el rubio, entreabriendo uno de sus ojos.

—Seguro —Kuro sonríe un poco—. Te ves lindo así.

Ante sus palabras, Kenma se queda mudo.

El pelinegro vuelve diez minutos después con una bandeja con dos tazas de café humeante, tostadas y huevo revuelto, de los cuales, logra convencer a Kenma para que coma un poco.

—¿Qué tal si hoy tenemos una tarde de cine? —Kuro sugiere cuando terminaron de desayunar— En la cama, ya que parece que no te moverás pronto de aquí.

—¿De quién es la culpa? —Kenma lo mira desde lo alto de su taza de café. El ojimiel levanta sus manos en modo de defensa.

—Oye, no te obligué a beber. Tú elegiste hacerlo.

—Lo sé, pero es más fácil culparte —ante sus palabras, Kuro blanquea sus ojos.

—¿Es por eso que lo has estado haciendo los últimos veinte años?

—Exactamente.

Kuro toma la bandeja y la deja cuidadosamente sobre el suelo.

—Puedes elegir la película —murmura el pelinegro alcanzándole el control al teñido.

—Si miramos titanic, ¿te burlarás de mí si lloro?

—Por supuesto que no. Incluso lloraré contigo por empatía.

—Está bien —Kenma se acomoda entre las mantas y le da play.

Es fácil para ellos ser así, piensa el teñido mientras Kuro lo estrecha entre sus brazos cuando comienza la película. Siempre ha sido muy natural para ellos ser tan de piel y afectuosos el uno con el otro. Nunca ha sido de otra manera.

Sólo que ahora, esto se siente distinto.

Sí, Kenma ha visto miles de películas acurrucado en los brazos de Kuro. Pero, mirando en retrospectiva, ¿alguna vez le había susurrado al oído de esa manera? ¿alguna vez le había acariciado los brazos con tanto cuidado? ¿alguna vez dejó que sus labios descansaran sobre la piel desnuda de su hombro, casi en la base de su cuello?

Está seguro de que, si alguna vez lo hizo, nunca se había sentido tan... eléctrico, como ahora.

—Mira como Jack observa a Rose —Kuro murmura sus palabras directamente en el oído de Kenma, mientras Jack dibuja a Rose. Kenma puede sentir los labios ajenos rozar su lóbulo. El calor de su aliento y el tono de su voz lo hacen temblar sutilmente.

—Ella es muy bonita —Kenma murmura reacomodándose en los brazos de Kuro, adorando la calidez que le transmite.

—Supongo, pero eso no es a lo que quise decir. —el pelinegro traza formas en su brazo con sutileza— ¿Crees que tienen el tipo de amor del que hablaste anoche? —Kenma lo mira por encima de su hombro, un tanto sorprendido de que recuerde la conversación que tuvieron.

Mejores amigos ; kuroken (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora