Unlimited

Capítulo 7

— ¡Cuidado Chaoz!— Gritó Ten con preocupación, mientras esquivaba un ataque de Jeice.

— ¡Mejor preocúpate de que no te elimine ahora mismo!— Exclamó Jeice, lanzando una onda de ki.

Ten Shin Han lo ignoró, golpeándolo con un Dodompa y lanzándolo lejos, para luego tratar de acercarse a ayudar a Chaoz. El pequeño de piel blanca se encontraba usando sus poderes telequinéticos para desviar las ráfagas de ki lanzadas por el capitán Ginyu. Tomando por sorpresa al alienígena de piel morada, hundió su puño izquierdo en su columna, y Chaoz aprovechó los segundos de dolor de Ginyu para usar su telequinesis y arrojarlo lejos.

A unos pocos metros de donde los ex-alumnos del maestro Tsuru peleaban, Yamcha peleaba contra Dodoria y Krillin contra un Zarbon transformado, mientras el maestro Roshi se encargaba de analizar la situación.

— ¿Sabes? Te recuerdo perfectamente.— Dijo Zarbon, tomando a Krillin del cuello con sus enormes brazos. — Eres ese pequeño terrícola que enviamos a Dodoria a cazar, luego de que con tu pequeño amigo salvaran a un namekiano. ¡Te demostraré que hubiera pasado si él que iba tras ustedes era yo!—

— ¡¡SOKIDAN!!— El cuerpo de Zarbon recibió una explosión de ki por la espalda, bastante potente, que lo hizo perder la fuerza sobre el agarra de Krillin y que el terrícola pudiera liberarse.

El ser de piel verde se volteó furioso, viendo que Dodoria estaba noqueado en una esquina, y que delante suyo se encontraba el terrícola de cabello largo y cicatrices en el rostro.

— La verdad no creía que pudieras derrotar a Dodoria.— Le dijo Krillin a Yamcha, sorprendido de ver al alienígena con picos en la cabeza ya noqueado.

— ¿Sorprendido? ¡Ese gordo no tuvo posibilidades contra mí!— Yamcha infló el pecho con orgullo, para luego relajar sus músculos y prepararse para enfrentar al otro alienígena.

Krillin no escondió su sonrisa. No importa cuanto tiempo pasara, Yamcha nunca dejaría de ser aquel orgulloso guerrero que vive descuidando su entrenamiento, pero que si lo necesitan, hará hasta lo imposible por ayudar a la causa.

— Puede que no seamos saiyajins, namekianos o lo que sea. ¡Pero nunca dejaremos de luchar por esta vida!— El maestro Roshi, en su forma musculosa, se paró a la misma altura que sus alumnos. — Los vi crecer hasta tal punto que superaron mis enseñanzas. ¡Pero ahora me vuelvo a sentir listo para caminar a su lado, mis queridos alumnos!—

Después de casi un siglo siendo el humano más poderoso, decidió sentarse y ver como sus alumnos poco a poco comenzaban a superarlo. Siempre lo vio como el ciclo de la vida, él superó a su maestro Mutaito y ahora era el turno de Krillin y los demás de superarlo. Mientras concentraba todo su ki en las palmas de sus manos, pensó en cómo ahora, lo único que deseaba era enfrentar todas las amenazas que pongan en peligro a sus alumnos y él, juntos.

¡Ya no iba a ser sólo un espectador más! ¡Iba a demostrar porqué fue el humano más fuerte por casi cien años!

— ¡¡KAMEHAMEHA!!—

[...]

Desde que había llegado al planeta de Kaio-Sama, Piccolo se dio cuenta de que lo que estaba pasando era grande. El aire que respiraba era más pesado y el maligno ki que sintió en el medio del Paraíso lo hizo estremecerse. Lo peor era que, además de poseer un ki completamente maligno, era exageradamente poderoso. Le había hecho el favor a Dendé de traer consigo a Krillin, Ten Shin Han, Yamcha, Chaoz, Roshi, Majin Buu, Goten y Trunks para ayudar. Pero luego de sentir el poder que tenía ese tal Janemba... Llevar a la mayoría consigo a enfrentar a ese monstruo, sería pedirles sacrificarse para nada, porque todos ellos estaban lejos de poder hacerle algo. Sólo él contaba con el poder bruto necesario para suponer un reto para Janemba. Decidió llevarse consigo a Majin Buu, mientras que el resto fue a proteger la burbuja donde se encontraba Enma Daio-Sama. Puede que Majin Buu no tenga tanto poder como antes de separarse de su parte maligna, pero aún contaba con esa increíblemente rápida regeneración celular y con unos poderes mágicos que podrían marcar la diferencia entre una victoria y una derrota.