O7 : piano

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Bajo los rayos del sol de mediodía, Leehan y Taesan reposaban su almuerzo sentados bajo un árbol

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Bajo los rayos del sol de mediodía, Leehan y Taesan reposaban su almuerzo sentados bajo un árbol. Cansado de su posición, Taesan apoyó toda su espalda sobre el pasto y recargó la cabeza en el regazo de Leehan, quien ni siquiera se inmutó al estar demasiado concentrado revisando Twitter en su celular.

—Agt, este maldito sol no me deja ver nada —se quejó Taesan, que tenía en sus manos su libreta y un lápiz, pero debido al cambio de posición que acababa de hacer las sombras de las hojas del árbol ya no cubrían sus ojos sino que ahora todo su rostro estaba directamente expuesto a la luz del sol.

Al oír eso Leehan observó a su mejor amigo por un segundo y, notando sus ojos entrecerrados y la mueca en su rostro, decidió poner una de sus manos frente a su cara, lo suficientemente lejos para dejarlo ver su libreta, pero lo suficientemente cerca para crear una sombra bloqueando la luz del sol de sus ojos.

Leehan actuó en silencio, sin ninguna expresión en su rostro, y mantuvo su mano en el aire, tapando el sol del rostro de Taesan, mientras con su mano libre seguía revisando Twitter en su teléfono.

Taesan sintió una ráfaga de calidez recorrer todo su cuerpo, aunque Leehan no había dicho ni una sola palabra su gesto era tan lindo que derritió algo dentro de él completamente. Por lo que cuando retomó su dibujo, ahora libre del molesto sol en sus ojos, no pudo evitar poner una sonrisa enorme en sus labios.

Se sentía demasiado afortunado de tener a Kim Leehan en su vida.

—Oh. Por. Dios. No puede ser —reaccionó un Leehan a punto de estallar de alegría.

—¿Qué ocurrió?

—Adivina quién ya no tiene clase de Taxonomía en 10 minutos —presumió feliz, mostrándole la pantalla de su celular a Taesan, donde se veía un correo electrónico de su profesor diciendo que la clase se cancelaba.

—¡Eso es genial! —Taesan subió la voz aún más emocionado que el propio Leehan—. ¿¿Entonces eres mío por las próximas dos horas??

Leehan rio por la elección de palabras de su mejor amigo.

—Efectivamente.

Taesan se levantó y guardó su libreta a velocidad supersónica, luego tomó la muñeca de Leehan y lo obligó a ponerse de pie, a pesar de lo mucho que se quejó al claramente estar cómodo sentado bajo el árbol.

—Ven. Quiero mostrarte algo —Taesan empezó a caminar, aún sin soltar la muñeca de Leehan—. Ah, espera. No tiene sentido si no es sorpresa.

Se detuvo en seco para sacar su bufanda de su maleta y atarla alrededor de los ojos de Leehan.

—¿Seguro que me quieres mostrar algo o me estás secuestrando? —bromeó, pero sin detener a Taesan.

—Supongo que lo averiguarás en unos minutos —bromeó de vuelta, volviendo a tomar la muñeca de Leehan para guiarlo hasta el lugar sorpresa.

lindo〈 taesan x leehan 〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora