O4 : pescado asado

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A la semana siguiente el ánimo de Leehan había subido un poco y decidió dejar de saltarse el almuerzo

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A la semana siguiente el ánimo de Leehan había subido un poco y decidió dejar de saltarse el almuerzo. Intercambió un par de mensajes de texto con su mejor amigo y decidieron verse en la cafetería de la Facultad de Ciencias para almorzar.

Compraron su almuerzo y caminaron sosteniendo sus bandejas hasta una mesa junto a la ventana, que era una de las pocas mesas libres que quedaban en la repleta cafetería. Taesan miró a través de la ventana y una sonrisa se formó en sus labios. Mantuvo la mirada allí por un rato, observando el cielo despejado y los árboles pintados de un verde intenso gracias al fuerte sol, que no sólo iluminaba el paisaje afuera sino que también atravesaba la ventana con sus rayos y golpeaba directamente la mesa de Leehan y Taesan, junto con las otras mesas cercanas.

—El día está hermoso hoy, hace mucho no veía tanto sol —dijo Taesan, girando el cuello para hablarle a su mejor amigo sonriendo.

—Odio el maldito sol, por su culpa me estoy asando del calor —se quejó Leehan con una mueca de disgusto, sin quitar la mirada de su plato de comida, para luego comer otro bocado con sus palillos.

Taesan no pudo evitar soltar una pequeña risa. Leehannie tenía puesto un grueso hoodie con la capucha bien cerrada alrededor de su cara, cubriendo todo su cabello y parte de su frente.

—¿No será culpa de lo que traes puesto?

—Si no estuviera haciendo tanto sol podría tener esto puesto sin estarme muriendo de calor. ¡Todo es culpa de este horrible clima! —volvió a quejarse el menor.

—Sólo quítate el hoodie, tonto —señaló con obviedad, dejando salir otra risa después.

—¿Y que todos en la cafetería vean mi horrible aspecto? No gracias. Les voy a dar tanto asco que nadie podrá almorzar —explicó Leehan, todavía con la expresión de disgusto en su rostro y su mirada enfocada en su plato de comida.

Taesan dejó de reír y se preocupó inmediatamente.

—A nadie vas a darle asco... ¿De qué hablas, Leehannie? —preguntó en un tono mucho más suave que antes.

—Mi cabello. Luce mal —levantó la mirada para ver a Taesan por primera vez en la conversación—. Intenté peinarlo de mil maneras esta mañana, pero no logré que se viera bien de ninguna forma.

En ese momento Taesan comprendió por qué su amigo traía la capucha de su hoodie cerrada al máximo alrededor de su cara.

—Tu cabello siempre se ve bien, sin importar cómo esté.... Además, eso no interesa. Aunque tu cabello se viera mal tu lindo rostro haría que te veas bien de todas formas —explicó con dulzura.

—No digas tonterías —Leehan siguió comiendo, con su enfado por el sol aún evidente en su cara.

—Si tienes calor sólo quítate el hoodie.

—Ya te dije que me veo mal, Taesan. No quiero que todas las personas en esta cafetería me vean así —volvió a hablar sin hacer contacto visual.

—Ya te dije que nunca te ves mal, es físicamente imposible que te veas mal, ¡podrías estar calvo y aún así no te verías mal! —podría sonar como una exageración, pero en realidad lo dijo con toda sinceridad.

—Si lo dices sólo para que me quite el hoodie no funcionará.

—¿En serio prefieres morir de calor simplemente para que nadie vea tu cabello? —la pregunta de Taesan sonó casi como un regaño.

—Duh —miró a su mejor amigo por medio segundo sólo para decir eso y luego siguió comiendo—. ¿Te gusta el pescado asado, hyung? Si este maldito sol no se detiene podrás cenar eso hoy.

—No es gracioso, Leehan.

El menor comía con normalidad, pero Taesan estaba tan preocupado que ni siquiera había tocado sus palillos. Dio un vistazo alrededor por la cafetería, pero todas las demás mesas ya estaban tomadas, miró a través de la ventana, pero el sol estaba tan entusiasmado brillando que no parecía querer detenerse pronto... Así que tuvo que proponer una solución distinta.

—Entonces almorcemos afuera —sugirió Taesan—, así no tendrás miedo de que vean tu cabello.

—¿Afuera cómo?

—Afuera de esta cafetería. Busquemos un pasillo vacío del edificio y sentémonos a almorzar ahí... No será difícil, nadie tiene clases a esta hora —explicó. Leehan miró a Taesan con ojos enormes de sorpresa.

—Sí. Acepto —su rostro había cambiado de disgusto por el sol a asombro por la sugerencia de Taesan.

Ambos se pararon con sus bandejas en mano y se alejaron de la mesa, dejándosela a un pequeño grupo de chicas que estaba esperando una mesa libre. Salieron caminando de la cafetería y vagaron por el edificio de aulas de la Facultad de Ciencias hasta hallar un pasillo vacío. Al encontrarlo se sentaron en el suelo, dejaron sus bandejas con el almuerzo frente a ellos y Leehan se quitó su hoodie tan rápido como pudo, sonriendo ampliamente con alivio después.

—Te amo, hyung. Esta fue la mejor idea del mundo —agradeció sonriéndole a Taesan, quien entró en un estado de pánico por el "te amo" repentino y no sólo no pudo responderle nada a Leehan sino que además no pudo frenar la sonrisa nerviosa que apareció en su rostro—. ¿Por qué pones esa cara? —preguntó soltando una risa.

—No es nada... Yo... sólo estoy feliz de que ya no vayas a morir de calor —disimuló el pelinegro lo más que pudo.

—¿O sea que no te gusta el pescado asado? —bromeó Leehan, tomando el plato de comida de su bandeja para seguir almorzando.

—No si eres tú. Prefiero a mi pececito vivo —explicó, haciendo sonreír al menor.

Taesan tomó sus palillos junto con su plato y por fin empezó a comer, así que la conversación quedó en silencio por un rato mientras ambos disfrutaban su comida.

—Por cierto... te ves muy lindo hoy, con tu cabello desordenado y todo —rompió el silencio Taesan. Había dudado si debía decir sus pensamientos o no, pero finalmente había decidido hacerlo. No podía guardárselos para sí mismo, tenía que decirlos en voz alta. Leehan se veía demasiado bien desde que se quitó el hoodie, los mechones desordenados que caían a ambos lados de su rostro sólo aumentaban lo adorable de su apariencia—. Te lo dije, Leehannie, no hay forma en la que puedas verte mal.

—Deja de decir estupideces, Taesan. Sé que eres mi mejor amigo, pero no tienes que consolarme con mentiras —protestó con un ligero enojo momentáneo.

Taesan no quiso discutir con su mejor amigo, así que dejó el tema ahí, pero durante el resto del almuerzo se preguntó mentalmente si Leehan algún día se daría cuenta de que sus cumplidos no eran mentiras.


© tulinextdoor | 💌

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lindo〈 taesan x leehan 〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora