Capítulo 5: Dragonas vs. Panteras

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La emoción era palpante, era todo o nada. Un partido importante estaba a nada de dar inicio.

 Un partido importante estaba a nada de dar inicio

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La colegiada dio el pitazo inicial y el partido arrancaba desde el centro, Las Panteras dieron en saque inicial y los primeros 30 minutos empezaron a correr

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La colegiada dio el pitazo inicial y el partido arrancaba desde el centro, Las Panteras dieron en saque inicial y los primeros 30 minutos empezaron a correr. Ashley no pudo con sus ansias y arremetió de manera imprudente a el área rival, avanzó unos cuantos metros esquivando a unas cuantas rivales pero, de manera rápida e imprevista una barrida fuerte pero precisa la derribaba, no era más que la misma capitana, Rosa, quien se quedó con el balón de una forma agresiva pero ciertamente elegante.

— Te lo dije. No podrás pasar de mi. — dijo Rosa con una expresión sería y un tono de voz apagado.
— ¡No te distraigas! — le respondió Ashley quien pateando el balón lo alejo de ella devolviéndolo hacia atrás con al defensa.

Rosa estaba irreconocible, una vez el silbato sonó ella cambio por completo. Ella estaba tan enfocada en el partido que dejo las formalidades de lado y se concentró en darlo todo. No por nada la llamaban "La impecable". Según las niñas presentes, era una defensa cuya defensa en la mayoría de los casos dejaba imbatida las redes de su portería gracias a su enorme habilidad como defensa y su alta capacidad en la lectura de juego para alguien de su edad. 

Ashley, molesta por el derribo y decidida a demostrar su valía, se levantó rápidamente y siguió presionando. El enfrentamiento entre las dos jugadoras se intensificó, con Rosa bloqueando cada intento de Ashley de avanzar. Mientras tanto, Ana observaba la confrontación desde el medio campo, evaluando la dinámica del juego. Fernanda, en su papel de capitana, gritaba instrucciones y alentaba a su equipo. El resto de las jugadoras se esforzaban en sus posiciones respectivas.

La imprudente impaciencia de Ashley haría pagar no solo a ella, sino al equipo entero. Rosa al robar el balón, mostró una faceta que ninguna de las tres amigas esperaba. Rosa salía de su posición de central y arremetió hacia el ataque, dirigiendo a sus compañeras hacia una contra del área de Las Panteras.

 Rosa salía de su posición de central y arremetió hacia el ataque, dirigiendo a sus compañeras hacia una contra del área de Las Panteras

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— ¡Adelántense! ­¡Demostrémosle como es que jugamos! — dicho eso, dio un pase directo hacia una de las carrileras.

Fernanda se concentró en dar ordenes y pedir que bajaran todas a defender. El incesable ataque era un equilibrio entre agresivo y ordenado. Era como si fuese una jugada que habían practicado por mucho tiempo, un ataque excepcional. De un momento a otro, Rosa recibió nuevamente el balón y condujo el balón frente al área de Fernanda, quien ya se preparaba para el tiro, en tanto ella se quitara de encima a mas de sus defensas en su marca. Pero en ese momento Ana, quien hacia corrido de manera exhaustiva desde el centro del campo a defender esta oportunidad peligrosa de gol, no pudo hacer nada ante una formidable jugada de pared que Rosa y una de sus compañeras habían ejecutado. 

Era ya casi un uno a uno contra Fernanda y Rosa, Fernanda dudó si salir para tomar el balón o quedarse y cubrir un posible pase. Rosa disparó un fuerte tiro hacia la portería, donde Fernanda con un puñetazo logró alejar ese balón de la portería, pero no contaba con la presencia de la delantera de las dragonas, Gabriela, quien estaba esperando justo a que eso se presentara. Gabriela disparó....

¡GOOOL!

Gabriela Méndez colocaba el 1 a 0 en la pizarra en un contrataque que resultó eficaz. Mientras Las Dragonas se abrazaban por el gol, Las Panteras lamentaban el momento amargo, de un error en ataque, fueron tomadas por sorpresa y recibieron un gol en contra. 

El balón fue puesto nuevamente en el centro del campo y el partido fue reanudado por el equipo de Las Panteras, quienes empezarán a buscar el empate a como de lugar. Las Panteras, determinadas a revertir la situación, iniciaron un ataque coordinado. Ana y Ashley se comunicaban entre sí mientras avanzaban por el campo, buscando oportunidades para penetrar la defensa de las Dragonas. El juego se volvía más rápido y dinámico, con ambas partes presionando intensamente.

Rosa, cumpliendo como su deber, y siendo fiel a su apodo; lideraba la defensa con firmeza. Cada intento de Las Panteras por acercarse al área rival era bloqueado hábilmente. El enfrentamiento continuo entre Ashley y Rosa añadía un elemento adicional de intensidad al partido. Ana cansada ya del tema encaró a Ashley buscando hacerla entender que deben trabajar juntas para solventar esta dificulta. La colegiada no dio a para mas y pitó el final del primer tiempo. El ambiente estaba al rojo vivo, ambas escuadras se disponen a volver a sus respectivas bancas, donde las platicas se hicieron llegar donde era primordial discutir la estrategia para dar vuelta a esta situación.  Las Panteras se sentaron aun con determinación en sus rostros. Ana, Fernanda y Ashley se sentaron juntas, evaluando la primera mitad del partido.

— ¡No puedo creer que nos hayan sorprendido así! — exclamó Ashley, frustrada.
— Necesitamos estar más concentradas en defensa. Rosa está bloqueando todo. — agregó Fernanda, analizando la situación.
— Ashley, ya basta de rivalidades entre nosotras. Si no trabajamos juntas, no vamos a lograr nada. Rosa es fuerte, pero también tiene debilidades. — dijo Ana, intentando transmitir un mensaje de unidad.
— Lo que más me sacó de onda es que no tuvimos ni una sola oportunidad de gol... — Dijo Ashley y empezó a patalear.
— Debemos trabajar en conjunto ahora mas que nunca, Ashley. No dejemos todo en manos de Fer. Deja de ser así de egoísta y empieza a dar pases.

Ashley simplemente guardó silencio, bajo la mirada y asintió, pues sabía que Ana estaba en lo correcto. Mientras tanto, la charla continuó con ideas para contrarrestar la sólida defensa de las Dragonas. Mientras tanto, en la banca de las Dragonas, Rosa lideraba la conversación estratégica con su equipo, destacando la importancia de mantener la concentración.

El pitido que anunciaba el inicio del segundo tiempo resonó en aquel campo, y ambas escuadras regresaron al campo con renovada determinación. El desenlace del partido estaba por escribirse, y Las Panteras estaban decididas a cambiar el rumbo a su favor.

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