GANAS DE TI - GAVI (+18)

18- Japón.

Llegó el día. Los chicos jugaban en breves contra Japón. Yo ya los había grabado entrando en el estadio, y la tensión se palpaba en el ambiente.

Estaba apretándome la coleta en su vestuario cuando salieron a calentar, pero de repente un brazo tiró de mí, entrándome en uno de los baños.

- ¿Qué haces? - pregunté riendo a Gavi.

Él agarró mi nuca y me besó, con una intensidad que antes no había utilizado.

Agarró mis piernas y las enrroscó en su cintura, y a mí casi me da algo.

- Necesito relajarme un poco, cariño.

Continuó besándome mientras me manoseaba entera, hasta que alguien entró llamándolo.

- ¿Gavi?
- Joder - murmuró - ¡estoy meando!
- Venga, empezamos en nada - dijo Laporte.

Éste chascó la lengua y me bajó, dándome un beso largo antes de salir.

- ¡Mucha mierda Pablito! - grité.

Sonreí inconscientemente mientras que me tuve que hacer la coleta otra vez.

Teníamos ganas de hacerlo, no cabían dudas, la tensión que teníamos era notable desde el primer día.

El partido empezó con un gol de Asensio y todo el banquillo y las gradas dando gritos y saltos.

En el descanso, los chicos estaban felices, pero a Pedri le dolía un poco el tobillo y mi padre lo tuvo que sustituir.

La segunda parte fue más floja, mi padre hizo algún que otro cambio más, pero nos marcaron un gol. Y otro, 5 minutos antes del pitido final.

El partido quedó 2-1 para Japón, y los ánimos decayeron considerablemente.

- A ver - dijo mi padre - habéis perdido un partido de tres, no pasa nada joder, ha sido mala suerte, no decaigáis y a esforzarnos más para que contra Marruecos en una semana no pase lo mismo.

Ellos asintieron y Morata dio una voz para animar a todos. Después, se ducharon y se vestiron para volver a la villa.

- Ey - le dije a Gavi, sentándome a su lado en el autobús.

Él me saludó con una sonrisa triste.

- No pasa nada, tenéis otra oportunidad.
- Lo hemos hecho fatal - dijo.
- No Pablo, simplemente no habéis tenido suerte.
- Gracias por apoyarme rubia.
- Para eso estoy - sonreí, dándole un beso rápido en la mejilla.
- ¿Quieres que cenemos hoy los dos?
- Mmm claro.
- Genial - sonrió - ¿te cambias y vienes a mi recogerme a la habitación?

Asentí y al cabo de unos minutos llegamos a la villa. Subí a arreglarme y mientras Gala me hizo un interrogatorio de Gavi.

- Te encanta - dijo.
- Gala - me quejé.
- Sois muy monos.
- ¡GALA!

Rió y le tiré la toalla.

Me puse un vestido lila con unas sandalias y fui a su habitación.

- Hola cuñi, qué guapa - dijo Pedri.
- Dios mío, sois tal para cual - dije rodando los ojos.
- Tu Romeo está terminando.
- Calla - dije.

Esperé y Gavi salió con una camisa negra de manga corta y unos cargos gris claritos. Amén.

- Qué bombón - dijo mirándome.
- Habló - dije yo.

Me agarró de la mano y bajamos por las escaleras. Yo solo rezaba por que mi padre o Sira no nos vieran.

Llegamos a un coche negro y nos subimos, Gavi le dijo la dirección y lo miré confusa, pero él me sonrió y se me pasó todo.