UNO

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Hay cosas que cambian la vida de una persona por completo. Todos queremos que en algún momento venga nuestro ángel de la guarda y, que en solo un chasquido, nos dé lo que llevamos queriendo toda nuestra vida. Lamentablemente, es algo que pocas veces ocurre. No porque es prácticamente imposible que venga un ángel a salvarte, que puede ocurrir, pero lo que pasa es que simplemente la vida no suele ayudarnos. "Es que el mundo me odia", "Mi vida da asco", "Que mal me trata la vida". Son frases típicas de gente que todavía no has sido salvada por su ángel. Margott, sin embargo, ya no tiene que decirlas. Su ángel acudió a ella hace años y sin duda tomó la mejor decisión posible; hacer que Margott viviese con su abuela materna.

Eso es lo que ella creía. Pasó de tener una vida lamentable y llena de sufrimiento a vivir una en la que se sentía segura y feliz. En su cabeza de niña de siete años no había nada lógico en todo eso y es por ello que, con imaginación y un poco de incredulidad, se imaginó que un destello blanco bajaba del cielo y chascaba los dedos para hacer magia.

Pero como todos sabemos, la perfección sólo existe en las películas, en los libros y, por supuesto, en la cabeza de cada cual; y como dice el refrán, la felicidad tiene precio y para Margott, no uno cualquiera. A pesar de que siempre fue una niña más bien desatendida y muchas veces maltratada, aunque no físicamente, Margott tenía una persona a la que amaba más que a nadie en este mundo. Esa persona no era otra que su madre. Y aunque no tiene recuerdo de muchos momentos bonitos con ella, siempre la llevará en su corazón ya que era la única que de vez en cuando la mimaba y la trataba como la niña que era.

Casi once años después, Margott trata de vivir un vida optimista y sin prejuicios, cosa que, el vivir junto a su abuela, sus cuentos de juventud y un baúl lleno de libros y cintas de películas románticas de época, le ayudan a posibilitar su voluntad.

-¡Margott, baja a la cocina. Liam ya está aquí!- Liam es el mejor amigo de Margott desde que tenían tan solo diez años. Es un romántico. Ambos comparten aficcion por, como antes he mencionado, las películas y libros de amor perfecto. Liam la salvó del margen social hace unos años y quiso ser su amigo desde el primer momento. Se han encariñado tanto que ambos han estado perdiendo amistades a lo largo del tiempo por su inseparable unión pero eso lo único que ha hecho es reforzar la amistad y unirlos más aún.

-¡Ahora voy, abuela!- Grita ella desde su habitación.

Se levanta rápidamente de su cama, tirando el libro que estaba leyendo al suelo, y baja corriendo las escaleras.

-Hombre Marga, ya era hora de que bajases. A ese paso de tortuga la mesa con comida se va a transformar en iglús en el polo norte- Bromea Liam en tono sarcástico nada más entrar por la puerta.

-Ja. Ja. Ja. Cada vez tus bromas tienen menos gracia, Liam. Por favor, cúrratelo un poco más a la próxima eh. ¡Ah!, y no me vuelvas a llamar Marga o el que se va a tener que poner un iglú en la cara vas a ser tú, ¿ok?

-Guau, Marga. Te noto un poco tensa hoy, supongo que será del hambre así que podemos empezar a comer.

-Gilipollas.- Suelta Margott con una media sonrisa en la cara- Oye, ¿que es eso que estás escondiendo detrás de la espalda?

-¿Esto? Ah, nada. Es un regalo para mi mejor amiga, la encantan los libros de romance.

-¡¿Para mí?! No me digas que es el nuevo de mi escritora favorita.

-Mmm, no lo sé, ¿Persiguiendo sonrisas, puede ser?

-¡¡Liam, eres el mejor!!- Lo abraza fuertemente.- Pero, ¿porque me lo has regalado?

-Es de regalo de cumpleaños.

-Pero si mi cumpleaños es en Abril.

-¿Y?

PARA MI PEQUEÑA MARGOTTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora