El hermoso Omega conejo estaba hincado, sus rodillas, estas estaban expuestas sucias por la tierra ya que portaba un lindo vestido blanco de tela fina y delgada con detalles de flores rojas en la esquina de sus olanes. Era corto y flojo para que no molestara su gran viente de 9 meses. Si con un solo cachorro ya en esta estaría grande ahora aún más con tres cachorros.
Después de el accidente con Chisaki y de que estuvo a punto de suceder algo horrible, afortunadamente Katsuki actuó a tiempo cuando le dio de su sangre y veneno Izuku pudo sentir como su sangre se calentaba y como una gran fuerza lo llenaba con una gran vitalidad. Así debía sentirse Katsuki todo el tiempo con tanta fuerza y poder. Bueno así fue como se sintió, aunque no pudo moverse por su herida. Se sintió tan feliz de estar vivo y en los brazos de su alfa, sabía que lo iba a rescatar Kacchan nunca lo defraudaría.
Katsuki lo cargo con delicadeza, lavo su cuerpo y sus heridas, las vendo ya que a pesar de todo necesitaba que la herida se cerrara adecuadamente y que no se infectara. Poco a poco con los cuidados de su pareja recuperaba su fuerza el dolor desaparecía y se sentía con más fuerza incluso aún más que antes. Así pasó los siguientes meses en cama ya que aunque estaba mejor Katsuki no lo dejaba que se parara. El alfa interno de el cenizo estaba demasiado sobreprotector, para nada quería que esto se repitiera. Pero después de todo a medida que su vientre crecía su movilidad disminuía.
Su vientre no le permitía ya moverse con facilidad, su espalda lo mataba necesitaba estar recostado casi todo el tiempo. De echo estaba en la cama hace unos minutos pero se levantó y fue al pequeño invernadero que comenzó a cultivar a tras de su casa. Gran Torino lo ayudó, lo primero que plantaron fueron unas semillas de fresas y Duraznos y Justo por eso Izuku se levantó de su cama ya que tenía muchas ganas de duraznos frescos.
Bueno más bien sus pequeños eran lo de sus antojos. Tanto que se removían en la panza de su madre impacientes.
- Ya, ya pequeños solo estoy escogiendo los más jugosos duraznos qué hay, no se desesperen - Tomo un durazno lo froto en su ropa y le dio una mordida sonriendo de lo bueno que estaba al sentir el sabor y el jugo. De inmediato los movimientos cesaron.
Acaricio su gran vientre desde que los huevos eclosionaron fue como si sus cachorros hubieran despertado. Aún recuerda cuando eso sucedió.
Meses atrás.
Era medio día, el sol estaba justo en su punto más alto dando luz al bosque y a todos los animales. Unos cuantos animales se escuchaban junto con unos pequeños grillos y el tarareo de Torino plantando unas cuántas semillas atrás de la casa de la pareja para un futuro huerto. Todo mientras en la alcoba de la pareja un pitón degustaba su comida.
En la esquina de la cama estaba el pitón de cabellera rubia sentado y en su regazo tenía al conejito que doblaba sus orejitas pues sus senos eran manoseados. Portaba un vestido delgado color naranja y tenía la parte de arriba totalmente descubierta y hasta su cintura la tela estaba un tanto maltratada pues su alfa intento en su deseo y desesperación quitar la prenda pero el pecoso le pidió que esperara y el mismo retiró y bajo la tela.
Tenía el pecho al aire libre mostrando sus pezones hinchados y duros que expulsaban gotas de leche. Uno de ellos era firmemente tomado por la boca de el alfa chupando y pasando por su garganta tan cálida y dulce leche. Sus pupilas gustativas se deleitaban por la deliciosa leche que su hembra producía.
- Ah~ ...Kacc...Kacchan
a-amor ...despacio ...más despacio
¡Ah~! - Gimió.. después de escuchar un gruñido, sintió una succión más rápida y desesperada. Era tanta la fuerza que cerró un ojo y miro el techo mientras su alfa bebía de su leche y apretaba con saña su pecho tratando de conseguir más.
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Una criatura en el bosque Katsudeku ( Omegaverse)
FanfictionIzuku Midoriya un hermoso conejito Omega dominante fue comprometido contra su voluntad, con Chisaki Ken un alfa tucán de buena familia. Iba en dirección en un viaje para conocer a sus futuros suegros, adentrándose en un bosque ya que la mansión se...