Experimento 110 | Spreen

Experimento Hardcore

"No importa lo que haga, parece que siempre estará condenado a ser un experimento."

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Hay paz, los desafíos cesaron una vez los guardias del tiempo se retiraron a descansar y la mayoría posee tiempo de sobra para sobrevivir hasta el día siguiente; pueden permitirse disfrutar de aquella paz antes de tener que perseguir nuevamente la vida que se escapa de sus dedos cada segundo que pasa.

Por lo tanto, están llevando a cabo una pequeña reunión para hablar y pasar el rato, la mayoría se encuentra allí, a excepción de aquellos a los que la avaricia rompe el saco y permanecen fuera en busca de más tiempo para vivir.

Spreen no está hablando con nadie, simplemente está de pie a una distancia considerada de los grupos, observando a la mayoría charlar entre ellos, con el calor de la fogata opacando el frío de la noche. Podría parecer raro que estuviera tan solitario, pero por alguna razón disfruta verlos estar en paz, que la pasen bien aún incluso cuando existe la posibilidad de que mueran en aquel mundo tan peligroso.

Puede ver a los tryhards hablando, riendo a carcajadas mientras se burlan entre ellos, contando alguna que otra anécdota de sus aventuras en la simulación. Hace mucho no se reunían todos juntos, menos en un mundo como ese al que tanto les gusta estar por ese deseo de sobrevivir y superarse constantemente en lugares complicados. Ahora que están juntos, se sienten como una familia nuevamente, quemando estructuras y yendo a misiones juntos.

Por otro lado, sus amigos mexicanos están bebiendo entre carcajadas, se tiran mierda entre sí, pero al final del día si uno está en peligro, siempre acuden a ayudar. Estar con ellos siempre es divertido, te reciben entre burlas y juegos, pero aceptan consejos y agradecen las ayudas, a su manera, pero lo hacen. Les ha costado un poco más sobrevivir, pero al ser muchos más, han podido ayudarse casi siempre.

Los argentinos han sido como su familia, ha pasado mucho más tiempo con ellos ante su falta de experiencia en sobrevivir, y aunque se la pasen discutiendo, la mayoría solo era drama. Ya han perdido a uno, pero por esa misma razón se han esforzado el doble para sobrevivir, para no perder a nadie más.

Cada grupo está aferrado a su vida, lamentan las muertes e intentan mejorar aunque la esperanza de sobrevivir disminuya con cada cambio en la simulación, son muy pocos aquellos que van por su cuenta.

Spreen se siente en confianza con ellos, por alguna razón se siente orgulloso de que ninguno haya venido con él para quejarse de algo, aunque no sabe de qué se trate aquella sensación. Él no les dio la vida, no le deben nada, ¿por qué le dan las gracias? ¿Por qué todos lo tratan tan bien de la nada? Él no los reunió, todos aparecieron juntos allí. Solo está sobreviviendo igual que los demás en aquella simulación.

En su consciencia.

Jadea mientras despierta, sentándose en la camilla de inmediato mientras se saca el casco en su cabeza. Está confundido por unos segundos, pero mientras cada recuerdo regresa a su mente una vez ha cortado la conexión de su cabeza a la computadora, sabe exactamente lo que tiene que hacer.

Se coloca de pie y pega sus manos al vidrio de aquella capsula verde donde se encuentra atrapado, mirando como al mismo tiempo el resto de sus amigos despierta, quitando sus cascos y luciendo confundidos por unos segundos antes de que el temor llegara junto con una alerta que inundó sus oídos.

— ¡Corran! — grita con todas sus fuerzas golpeando el vidrio de la capsula, necesita salir de allí, los alienígenas no tardarían en llegar para intentar solucionar el error, los atraparían a todos y los obligarían a entrar a la simulación una vez más; ellos lo entienden, por lo que no necesitan más que esa palabra para despegar los cables unidos a sus cuerpos y correr fuera de allí, esparciéndose por la nave en busca de una salida.