Care

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"Aunque no lo pida, ellos siempre están allí para cuidarlo"

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Todos saben que fue lo que sucedió durante ese tiempo que estuvo desaparecido, y no es algo que hubiera querido que conocieran, pero llegar a la base como si nada no se le fue permitido. No obstante, si de algo puede estar agradecido es por la falta de preguntas constantes sobre su tiempo en una nave viviendo en una simulación de la cual no era consciente hasta hace poco.

Spreen pensó que rehacer su vida sería pan comido, después de todo no tenía pensado quedarse en el pasado y agobiarse por cosas que ya no volverán a suceder; sin embargo, decirlo era fácil, hacerlo no tanto.

El primer cambio fue construir una casa a las afueras de la base, rodeado de agua; no fue su mejor idea, pero se obliga a sí mismo a superar los traumas aunque no desee llamarlo de ese modo. No hubo un segundo cambio hasta tiempo después cuando comprendió que combatir su ansiedad por la soledad con soledad no era buena idea, arrastrándose hasta la base con pequeñas excusas para pasar el tiempo con alguien, llevándose consigo a Conter para recorrer el Nether o acompañando a alguno de sus amigos a una cacería.

Pero claro que su mente le jugaría una mala pesada cada que llegaba a casa y la soledad lo abrazaba con fuerza, susurrando en sus orejas sensibles que todo no fue nada más ni nada menos que una ilusión. Empujó ese pensamiento al fondo de su mente y alcanzó su frasco de pastillas para consumir una píldora, buscando aminorar el veneno en el aire, algo que no es real pero no tiene la cordura suficiente como para creerlo.

No alcanzó a un tercer cambio cuando se derrumbó en su habitación, no hay nada más que una cama, pero se aísla en una esquina mientras cubre sus orejas y clava sus garras en su cuero cabelludo; su mirada perdida junto con los balbuceos de su boca demuestran lo jodido que se encuentra antes de que unos brazos rodeen su cuerpo y los temblores de su cuerpo cesen, al menos ligeramente.

Shadoune no llama a nadie más, y Spreen lo agradece, detestando el estado vulnerable que los aliens crearon en él.

Todo va a estar bien, Spreen.

¿Debería creerle?

Para el día siguiente está actuando como el resto de días, ignorando la mirada preocupada de su amigo francés junto con la del resto del grupo; no necesita la preocupación de todos, él puede sobrellevar la situación a su modo aunque recaiga algunas veces, es algo normal, parte del proceso, ¿Cierto? Siente que ellos respetan eso, a fin de cuentas nunca se entrometen demasiado, buscando demostrar su apoyo sutilmente. No sabe cómo sentirse sobre ello, pero su táctica siempre ha sido esquivar la situación.

Los ruidos fuertes sacuden su ser con pánico y le colocan alerta a cualquier cambio que pueda suceder en la simulación, por lo que salta ligeramente cuando Serpias derriba sin querer un vaso de metal, provocando un estruendo que lo empuja a sus recuerdos, casi sintiendo como su visión se distorsionaba y los colores desaparecían. Retrocede hasta que su espalda choca contra una pared, intentando regular su respiración sin éxito alguno.

Spreen, necesito que respires conmigo, ¿Va?

No puede ver nada, pero acata la orden con facilidad, después de todo lo único que podía hacer era cumplir con todos los retos que se le imponen. Sigue el conteo mientras respira a la par del otro, teniendo un poco de dificultad al principio hasta que su visión se aclara lo suficiente para visualizar la mano que cuenta con él.

Cuando su respiración está tranquila y alza su mirada, Farfadox deja de contar para colocar una mano en su hombro, ejerciendo un poco de presión antes de que sus ojos brillen de un modo reconfortante. "Él es real" se intenta convencer, asintiendo como señal de agradecimiento, correspondido de inmediato antes de que el mayor se retirara con calma, sin dejarlo solo realmente.

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⏰ Última actualización: Jul 11 ⏰

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Experimento 110 | SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora