"Cita"

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Estaba regresando de la escuela, caminando, ya que mi hermano hoy iba a la casa de alguno de los acey's, aún me inquietava un poco saber que Wyatt no había aparecido en todo el día, de hecho, la mayoría de los lobos faltaron a la escuela hoy.

En fin, llegué a mi casa, pero algo parecía extraño, no sé como explicarlo, pero sabía que algo estaba diferente, preferí no tomarle importancia y abrí la puerta.

Isabel: ¡Ya llegué! - Grité dejando mi mochila en la puerta, pero, nadie respondió, arrugué mi ceño, confundida.

Me dirigí hasta el comedor, del cuál se escuchaban voces alegres, hasta risas, cuando pude divisar lo que pasaba, me quedé estática en el marco de la puerta.

Isabel: ¿Qué... Está... Pasando? - Hablé atónita.

Puede que crean que estoy exagerando, pero para que entiendan, Wyatt, un orgulloso hombre lobo, estaba vestido formalmente con un traje rosa pastel y estaba charlando alegremente con mis padres, los cuales odian todo lo sobrenatural, era imposible ocultar mi confusión.

Papá: ¡Isi! Justo estábamos hablando de ti. - Mi padre se paró de su asiento para dirigirse hacía mi. - Tu amigo quiso venir a saludar.

Mi madre y Wyatt imitaron su acción para también acercarse un poco a mi.

Isabel: Ajá, y... ¿Por qué exactamente?

Mamá: ¡Es una sorpresa! - Contestó alegremente, con un tono de misterio.

Papá: De hecho, creo que debería decirtela con un FroYo, ¿Qué les parece?

Mamá: ¡Me fascina la idea! - Mi padre tomo su billetera y me dió un poco de dinero mientras todos se dirigían a la puerta, mientras mi madre me arrastraba hasta ésta.

Mis padres nos saludaron a ambos desde la puerta, nosotros solo seguimos caminando en silencio hasta ya unas cuadras.

Isabel: No se que hechizo le hayas metido a esos dos, pero me encanta. - Hablé con un poco de gracia, a lo que él río por lo bajo.

Wyatt: No fue un hechizo, solo fue mi encantadora personalidad. - Habló con tono egocéntrico.

Isabel: Agg, hasta te pareces a mi hermano. - Rodé los ojos con diversión y sarcasmo.

Wyatt: ¡Auch! Eso sí me llegó al corazón. - Puso su mano en su pecho, fingiendo dolor, lo que causó que riera con burla.

Seguimos jugando y bromeando todo el camino a la tienda de helado del entrenador.

Isabel: ¿Estás seguro que no quieres cambiarte antes de ir? - Pregunté antes de que lleguemos, era muy extraño ver a Wyatt vestido como un humano, sobretodo llevando gorra.

Wyatt: Claro, es para que nadie le diga a tus padres que estuviste con un hombre lobo, a demás, será agradable estar en un lugar sin que la gente me mire con miedo. -

Bajé un poco la mirada esperando que no lo notará, era algo triste saber que la gente le tendría miedo si se viera como en verdad es, Wyatt es la persona menos temible a la que he conocido, y aún así muchos huyen o se cambian de vereda al verlo.

Wyatt: Tranquila, - Me dió un amigable codazo en mi brazo. - No me molesta. - Me sonrió con ánimos, lo que me contagió enseguida.

Ya estábamos en la tienda del yogurt helado, estaba por tomar la perilla de la puerta, pero antes de hacerlo Wyatt quitó suavemente mi mano, para abrirla él mismo, dejándome pasar primero.

Isabel: ¿Desde cuándo tienes tanta caballerosidad, Lekensey? - Pregunté con sorna.

Wyatt: Desde que tuve que pasar 2 horas hablando con tus padres. - Me contestó con una sonrisa forzada pero irónica, lo que me hizo estallar de la risa.

Ambos entramos al establecimiento, para empezar a formarnos, no había mucha fila, pero decidimos empezar una nueva conversación en lo que tardaban en atendernos.

Wyatt: ¿Tu que pedirás? - Preguntó intrigado.

Isabel: Emm, creo que vainilla.

Wyatt: Uff, vainilla. - Rodo los ojos, burlándose.

Isabel: ¿Qué tiene de malo la vainilla? - Pregunté indignada.

Wyatt: Es el sabor más aburrido de todos.

Isabel: ¡Claro que no! - Sabía que si lo era, pero no quería que insultara mis gustos.

Wyatt: ¡Por supuesto que si! - Contraatacó.

Isabel: ¿Pues tú qué pedirás? - Pregunté cansada, pero esperando para encontrar alguna razón para también criticar su sabor.

Wyatt: Crema de maní y huesos.

Isabel: Ese es el sabor más básico para cualquier lobo. - Contesté indignada.

Wyatt: ¿A si? ¡Pues al menos no es aburrido! - Me sacó la lengua, volteando hacía el cajero con los brazos cruzados, estaba por contestarle cuando el entrenador interrumpió.

Entrenador: Buenas tardes, ¿Qué van a pedir? - Preguntó con una sonrisa, yo solo me escondí un poco detrás del lobo, no me gustaba hablar con personas que no conozco, incluso si es solo para ordenar algo.

Wyatt: Buenas tardes, ehh, queremos un crema de maní y huesos, y un chocolate con frutillas, por favor. - Miré a Wyatt con los ojos como platos, ¡¿En serio tuvo que pedir otro sabor?! Le di una pequeña palmada en su brazo con enojo, pero claro que a él no le causó ningún efecto.

Entrenador: A la orden. - Se dió media vuelta para completar los pedidos, cuando nos los entregaron, yo solo seguía mirando mal a Wyatt, incluso cuando nos fuimos afuera para comer tranquilos.

Wyatt: ¿Puedes dejar de verme así? Lo hice por tu bien.

Isabel: ¡¿Por qué me preguntas cuál sabor quiero, si al final lo elegirás tú?!

Wyatt: Ni siquiera sabes si te gusta, ¡Solo pruébalo y ya! - Contestó arto.

Dí un suspiro cansado antes de tomar un poco del postre en la cuchara para pasarlo a mi boca, debo admitir, que si me gusta bastante.

Wyatt: ¿Lo ves? Si hubieras hecho eso desde antes nos hubiéramos ahorrado todo esto. - Me miró con ego y suficiencia, mientras yo solo le dedicaba una mala mirada. - Lo nuevo no siempre es malo ¿Sabés? - Dijo sin mirarme, solo comió un pedazo de su yogurt.

Ambos estábamos sentados en un banco, uno al lado del otro, atrás nuestro se encontraban unos arbustos con flores lindísimas, eran bastantes grandes pero, no molestaban.

Wyatt: Oye, Isa... He estado queriendo decirte algo hace ya un tiempo.  - Comenzó nervioso.

Isabel: Mmhh. - Contesté con la boca llena de helado.

Wyatt: Bueno, es que... En realidad no sé por dónde comenzar. - Se rascó la nuca nervioso, pero cuando quiso empezar a hablar, se dió la vuelta notando que Isabel ya no estaba más a su lado. - ¿Isa? - Preguntó al aire, notando que estaba detrás de los arbustos tirada en el suelo. - ¿Qué haces ahí? - Yo solo le apunté al parque de enfrente, dónde mi hermano estaba llegando con su séquito por un yogurt helado - ohh. - Comentó aún viéndolos, hasta que tuve que tomarlo por la remera, para que caiga junto a mi escondido entre la maleza.

Por desgracia, su helado cayó directo en mi remera, manchandola.

Wyatt: Oh, lo siento, lo siento. - Repetía apurado mientras intentaba limpiar la mancha con sus mangas, hasta que se dió cuenta que estaba tocando mis pechos a medida que seguía intentándolo, lo que causó que se sonrojara. - No siento eso. - Para estar sonrojado, eso lo dijo sin nada de pena.

Yo solo le tape la boca con mi mano, impidiendo que siguiera hablando.

Isabel: Wyatt, está bien, solo cállate. - Le susurré alterada.

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La Hermana De Bucky (Wyatt Lekensey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora