¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
TaeHyung estaba en casa de MoonByul, casi masticando sus dedos del nerviosismo.
— En resumen a tu historia, ¿te besó y saliste corriendo?
— No entiendes, nunca me había besado sobrio.
— Era lo que querías. Además, es muy obvio que le gustas. Tiene mucha actitud de alfa contigo, pequeño bebé miedoso.
El moreno negó, no podía gustarle a JungKook. Y si lo hacía, seguro tendría que ser una broma.
— Yo opino que deberías hablar con él, seguro se confiesa y 'bum' son novios.
— Yo no le gusto.
Pero ¿cómo justificaba los besos que se habían dado antes?
Besos que le dio el mismo JungKook, pero ebrio y que si no fuera por su fuerza de voluntad, seguro hubiera terminado en sexo salvaje todas esas noches.
— Algo me dice que seguro han tenido un momento calentón, TaeHyung
— El alcohol hace muchas cosas, pero JungKook es tan poco tolerante al alcohol y agradezco eso.
— No tiene nada que ver con lo que dije.
— Lo sé, MoonByul.
No le iba a contar a detalle de la última fiesta a la que fue con JungKook.
Fue en casa de un chico de la facultad de medicina, ni siquiera recuerda por qué había sido la celebración.
Pero después del alcohol y bailar muy pegado al alfa, terminaron en un cuarto, encerrados.
Con TaeHyung sobre las piernas de JungKook y este besándolo, como si su vida dependiera de ello.
Está de más, decir que, aunque no acabaron en nada, TaeHyung tuvo que usar una bufanda hasta que las marcas de su cuello se fueran por completo.
◇◆◇◆◇
— ¿Han visto a TaeHyung?
JiMin miró a JungKook y sonrió para después mirar a HoSeok terminar de masticar su galleta y dar un sorbo a su café.
— ¿Te sigue evitando?
JungKook asintió.
— Seguro está en su casa o en el mismo lugar de siempre.
— Pero Hobi, yo lo miré esta mañana cuando fui a dejarle un libro a YoonGi.
— Entonces está en el gran árbol, cerca de la facultad de medicina
— Gracias, chicos. Por cierto, si ven a YoonGi, díganle que me regrese mi libro de literatura.
◇◆◇◆◇
Después de estar dos horas en clase de oratoria, TaeHyung estaba más que aburrido y solo quería llegar a casa y dormir.
Caminó no más de cuatro minutos, hasta llegar a las bancas bajo aquel árbol que lo hacía sentir relajado.
Ya que no todos los estudiantes de la facultad de medicina estaban afuera, decidió acostarse sobre la banca, agradeciendo que la sombra fuera buena y no le dieran los rayos del sol directo en el rostro.
— TaeHyung.
Mierda.
Destapó su cara y miró al alfa en cuclillas cerca de él.
— ¿Qué?
— ¿Por qué me estás evitando?
— ¿Por qué me estás siguiendo?
— ¿Por qué me evitas desde que te besé?
Trató de calmar sus nervios y se sentó dándole espacio al pelinegro que no dudó en sentarse a su lado.
— ¿No dirás nada?
— ¿Qué quieres que diga? Es vergonzoso para mí.
— Te conozco y sé que en un rato me vas a atacar con preguntas, si no lo haces ahora.
— Ugh, te odio. Y no te equivocas, pero estoy muy avergonzado para hacerte preguntas.
— ¿Por qué lo estás? Yo debería estarlo.
— ¿Tú, por qué? No era... olvídalo. ¿Por qué me besaste, Kook? Y quiero una justificación de tus actos, de lo contrario llamaré a la policía.
Casi la cagó, pensó TaeHyung.
JungKook rio y luego miró a TaeHyung de vuelta.
— Estaba celoso.
TaeHyung respiró hondo.
— ¿Te gusto?
— Me gustas, TaeHyung.
El menor se quedó estático y JungKook juraba ver sus tornillos caer uno a uno. Era una imagen muy graciosa y sumando el sonrojo del omega, tierno.
