Historia 9 - Secretos.

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Stony.

Desde tiempos inmemorables, los humanos siempre han guardado secretos, algunos más íntimos y quizás interesantes que otros; pero si de algo se puede estar seguro es que aquellos que guardan secretos saben que tarde o temprano dichos secretos pueden salir a la luz con resultados quizás imprevistos.

Y en tiempos actuales, se puede decir que aún la gente guarda secretos, ya sea por su bien o por el bien de alguien más para evitar alguna clase de daño. Aunque, al final, lo que más juraron guardar hasta el fin de sus días puede salir a flote con algún comentario o acción peculiar que lleve a pensar en que algo está ocultándose.

Y en una tranquila y calurosa tarde de primavera en la Universidad Metropolitana de Nueva York, el joven Anthony Stark, estudiante de la licenciatura en Ciencias Políticas se hallaba limpiando su boca, luego de haberle practicado sexo oral al radiante y popular estudiante de la licenciatura en Enseñanza y aprendizaje en literatura, Steve Rogers, quien era el gran adonis de la universidad y un conocido hombre que presumía bastante de su heterosexualidad y solía molestar a Stark al ser un joven abierto a su homosexualidad.

Pero claro, un secreto de Rogers que ocultaba muy bien, incluso a su novia, la líder del equipo de porristas Sharon Carter, una joven rubia de preciosos ojos azules que era un prodigio en su carrera de diseño gráfico; era respecto a su curiosa atracción sexual y sentimental por el joven Stark.

— ¿Qué sucede bonito? ¿No te gustó sentir mi semen en tu boca? — Decía con una sonrisa burlona y lujuriosa el joven Rogers, quien se subía la cremallera de su pantalón y se acercaba a Anthony, logrando tomarlo con posesividad de su cintura y acercando su rostro a uno de los oídos del joven castaño.

— Recuerda que yo solo soy el único que puede follar tu boca y puede tocarte, nadie más, Stark — Dijo con voz gruesa el hombre, mientras restregaba su ereccion aún crecida en el trasero perfecto del joven castaño.

— Si bueno, tú me sigues molestando y jamás me pones atención, además que jamás en tu vida me harás caso, sin olvidar que para ti solo soy un juguete sexual, al que seguramente no embarazas porque no soy una mujer — Decía el chico mientras miraba a través del espejo que tenía delante a Steve, para de inmediato safarse de su agarre y encarar al rubio.

— Recuerda que tú me usas como tú puto juguete sexual para desahogarte, el cual no embarazas para evitar que tu secreto que guardo salga a la luz — Dijo sin más el joven Anthony, para de inmediato tomar sus cosas y salir de la habitación de Steve, donde todo ocurrió, dejando estupefacto al hombre, quien dejo ir a su querido rollito.

El secreto del joven Anthony Edward Stark no era para nada público, o por lo menos, no para todos, pues solamente sus amigos más cercanos eran los poseedores de saber que Anthony era uno de los famosos hombres que podían embarazarse, algo que curi...

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El secreto del joven Anthony Edward Stark no era para nada público, o por lo menos, no para todos, pues solamente sus amigos más cercanos eran los poseedores de saber que Anthony era uno de los famosos hombres que podían embarazarse, algo que curiosamente Rogers sabía, y era algo bastante interesante y excitante para él saber dicha información, pues quizás algo podría hacer para tener a su rollito bajo su dominio, aunque también debería pensarlo ya que quizás si hacía su cometido, podría revelar su secreto, lo que para Steve no era nada bueno.

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