El siguiente libro es una recopilación de algunas historias que un servidor decidió escribir.
Aclaro que todas las historias publicadas son de propiamente Shipps homosexuales, que tendrán temática: omegaverse, doncell, Mpreg y de chico transgénero...
Desde que la humanidad aprendió a evolucionar para un bien mayor, descubrió una de esas evoluciones; la gente pudo descubrir lo que nadie pudo haber previsto o imaginado en el mejor de los casos, siendo algo que eventualmente tomaría por sorpresa a la población del mundo.
Se sabe que muchos intentaron guardar el secreto para no alarmar o preocupar a la gente, pero como es bien sabido, los secretos nunca son perpetuos, y no pasó mucho tiempo para que todo se supiera, para que el mundo entero conozca una parte de la evolución humana, siendo a los famosos donceles, quienes son nada más que hombres con la habilidad de poder embarazarse de únicamente sus parejas destinadas, con quienes forman un lazo inquebrantable.
No obstante, la respuesta de las personas fue mixta, es decir, hubo a quienes les agrado la idea de conocer y convivir con aquellos peculiares hombres, aunque a otros no les fue de su total agrado, lo que provocó algunos incidentes con el paso de los años hasta que la situación se pudo calmar a finales del siglo XX, lo que sería un amplio beneficio en la actualidad.
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Era una preciosa tarde de otoño en los suburbios de la ciudad de Atlanta, y el joven estudiante de la facultad de derecho de la Universidad Comunitaria de Laswell, Matthew Mourdock se hallaba caminando hacia su hogar, luego de que el autobús lo hubiera dejado en la parada más cercana a su hogar.
El chico era un poco alto, castaño y perfecto ojos cafés que se resaltaban muy bien gracias a la puesta de sol, lo que llamaba bastante la atención de los vecinos, quienes graciosamente lo apodaron "chico solar", siendo algo bastante gracioso para el joven.
- Oh, joven Mourdock, es bueno verlo - Mencionó en voz alta la señora Davidson, una señora de sesenta años, cabello corto risado canoso y de mediana estatura, quien se hallaba sentada sobre su mesedora con un lindo gato siamés recostado sobre su regazo, quien acariciaba con cariño.
- Es un gusto verla señora Davidson, espero tenga buena tarde - Respondió feliz el joven chico, para después tener que marcharse, aunque mientras retomaba su camino, la señora Davidson tuvo que levantarse de su mesedor, dejando en el suelo a su gato y yendo a hablar con el joven castaño.
- Matthew, ten mucho cuidado, eh oido por parte de los vecinos que hay una banda de delincuentes que ya han asaltado a varias personas, y temo que te hagan algo a ti - Mencionó con preocupación la señora al tomar una de las manos del joven chico.
- Descuide señora Davidson, se cuidarme muy bien y conozco varios atajos en caso de que esos delincuentes intenten hacerme daño - Dijo con una ligera sonrisa el chico, para después soltarse del agarre de la mujer y despedirse con amabilidad, lo que preocupo a la mujer, pues ella temia por la seguridad de aquel joven hombre.
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