Donde una adolescente tiene el poder y el deber de proteger a su ciudad, pero no sabe que hacer con su corazón.
O
Donde un adolescente se encuentra enredado en una telaraña de amor y no sabe como salir sin usar un "Cataclysm" que lo destruya todo a...
Si no comentan mato a alguien, a lo mejor es un gato o a lo mejor es la prota, ¿quién sabe? Estoy mu' loca 😈😈😈
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—Oye Colette, ¿cómo vas con lo de superar tu miedo escénico?— Le preguntó Mylène antes de dar un sorbo a su batido de frutas.
—Sigo trabajando en eso, pero creo que estoy mejorando.— Contestó la mencionada tras beber de su propia bebida.
—Me alegro mucho por ti Colette, si necesitas ayuda puedes contar conmigo.— Se ofreció Mylène.
—Gracias Myl, eres la mejor.— Le dijo abrazándola repentinamente por los hombros.
—Yo también te quiero Colette.— Respondió la más bajita encantada con su empalagosa amiga.
Ambas chicas habían quedado para pasar una tarde tranquila, dando un paseo, charlando y cotilleando alguna que otra tienda, pero Mylène recibió un mensaje de su padre pidiendo ayuda para ensayar una actuación que tenía el día siguiente, por lo que la más bajita, sintiéndose mal por dejar colgada a la pelirrosa, decidió acompañar a su amiga hasta la parada de metro, después se iría a su casa.
—Siento de nuevo tener que acabar tan pronto nuestra quedada.— Se disculpó por milésima vez Mylène al divisar la parada de metro a la que se dirigían.
—Deja de disculparte Mylène, lo entiendo, no te preocupes.— La tranquilizó Colette mientras tiraba su vaso vacío en una papelera.
—¿Segura que no te importa?
—Segura, vete con tu padre tranquila, en serio.— Aseguró Colette con paciencia parando sus pasos frente a la boca del metro.
—Quedemos otro día, cuando tú quieras.— Ofreció Mylène emocionada.
—Si así dejas de disculparte trato.— Bromeó Colette.— Nos vemos Myl.— Se despidió abrazando a la más baja.
—Hasta pronto Colette.— Se despidió Mylène, alejándose de la mencionada.
Colette bajó las escaleras del metro, al pie de la escalera se encontró con un pelo rubio inconfundible para ella.
Al tenerlo de espaldas, Colette aprovechó para acercarse sigilosamente a su mejor amigo modelo y cuando estuvo a un paso de él...
—¡Adrien!
—¡Ah!— El adolescente saltó del susto y se giró veloz para ver quien lo llamaba a chillidos.— ¡Lettie! Tienes que dejar de asustarme así.— Suplicó con la mano en el corazón.
—Ni loca, es demasiado divertido ver como saltas.— Se rió la pelirrosa.
—Pensaba que eras una de mis fans.— Justificó el rubio.
—Solo tu mayor fan.— Bromeó posando para él como si le estuviera haciendo una foto.
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