Donde una adolescente tiene el poder y el deber de proteger a su ciudad, pero no sabe que hacer con su corazón.
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Donde un adolescente se encuentra enredado en una telaraña de amor y no sabe como salir sin usar un "Cataclysm" que lo destruya todo a...
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Una semana antes del día de San Valentín, Kim reunió a sus mejores amigos en casa de la única mujer del grupo.
Sí, un poco extraño que fuera él el que los citara pero que se reunieran en casa de Colette, pero su madre no lo dejaba traer amigos a su casa si no recogía su habitación primero y no quería hacerlo.
El caso es que Kim, Max y Colette estaban en la habitación de la última mencionada. Kim los citó urgentemente, pues tenía algo muy importante y privado que decirles.
Pero ya llevaban un cuarto de hora esperando a que Kim se atreviera a contar eso tan importante.
Max se dedicaba a comer alguna galleta que trajo Colette, procurando no dejar migas en la cama de su mejor amiga, Colette estaba sentada a su lado acariciando a su gatita, la cual ronroneaba feliz por los mimos, mientras Kim daba vueltas en la habitación, murmuraba para si mismo quien sabe qué cosas y se sacudía el pelo de tanto en tanto con frustración.
Pasaron más o menos otros cinco minutos para que Kim agotara la paciencia de Colette.
Con cuidado cogió a Coton por las costillas y la dejó en su propia cama para que durmiera tranquila y así evitar accidentes con Kim por su pequeño tamaño, pues la última vez que estuvo en su casa casi se sienta sobre la gatita.
En cuanto dejó a Coton en su camita dio media vuelta y se acercó a Kim, quien se encontraba frente a su ventana y dándole la espalda, a grandes zancadas, le agarró con fuerza de los hombros y lo obligó a darse media vuelta, encarándolo de frente.
—¡Kim! ¡Basta!— Gritó frustrada sorprendiendo a sus amigos.— Siéntate, respira y cuéntanos qué pasa.— Le ordenó señalando el puff de su cuarto.
Kim suspiró frustrado pero asintió y obedeció sin rechistar a su mejor amiga, sentándose en el puff sintiéndose agotado de golpe.
El joven atleta tenía sus emociones y sus sentimientos hechos un completo caos, y eso lo tenía agotado mental y emocionalmente.
En casa nunca se sintió a gusto hablando de sus propias emociones o pensamientos. Quería a sus padres pero ellos siempre estaban concentrados en su amor por el ejercicio, por lo que hablar con ellos no era una opción.
No era que sus padres no lo quisieran lo suficiente o que no pasaran tiempo juntos, al contrario, sabía que para sus padres él era la prioridad, se querían muchísimo y pasaban mucho tiempo juntos, mayoritariamente haciendo ejercicio. Pero justo después de él, la prioridad de sus padres era el ejercicio, por lo que ninguno de los tres hablaba de otra cosa. Tal vez alguna anécdota puntual del trabajo o de sus clases, pero rara vez ocurría.
Por ello tenía descartados a sus padres.
Pero no pensó bien en como se lo diría a sus amigos.
Era la primera vez que se abría sentimentalmente y no sabía exactamente como hacerlo, por ello estuvo veinte minutos dando vueltas por la habitación de su amiga, estaba intentando organizar su mente para saber como soltar la noticia de que creía sentir cierta "atracción" por una chica. Pero no consiguió organizarse y por ello estuvo todo el tiempo callado.
