Eterno; esa es la palabra que encontramos sensitiva al momento de enamorarnos y también cuando perdemos lo que amamos, para mí era la promesa más inconclusa porque después de una despedida solo quisiera que fueras feliz sin necesidad de esperarme una vida. Tal vez, en otra vida encontrarte en otros escenarios más completos pero mirando tus ojos y encontrando lo bonito del pasado.
Solté el aire de mis pulmones y tiré el lapicero sobre la delgada libreta. Visualicé la ventana y no me había dado cuenta de que la lluvia empañaba mi ventana, abrí mi libro favorito Orgullo y prejuicio, tan odiado pero necesario, para inspirarme, pero ni eso me podía ayudar. Estaba pensando en ello escuché una risa a mis espaldas. No tenía que darme vuelta para saber quién era, sus pasos se hicieron más presentes y mi cuerpo se sobresaltó a su cercanía. Puso una taza en una forma muy ambigua y prendió la vela aromatízate.
— ¿Sin inspiración? —habló sobre mi oído derecho y cerré los ojos para buscar en mi mente un escenario que fuera acto para hablarlo—. Podemos ponernos creativos.
Me giré de golpe y lo vi retroceder riendo a más no poder. Rodeé mis ojos y me puse en diagonal para verlo ponerse a mi lado tomando el libro en sus manos, repasando el diálogo de los protagonistas, y alzó sus cejas en mi dirección—. Siempre me ayudan a inspirarme. —Respondí alzando mis hombros—. Pero no encuentro algo que me convence.
—Mira una foto por unos segundos y después cierras tus ojos para transportarte en ella y vivir una historia que solo a ti te gustara que pasara. — me respondió con una pizca de ilusión en esos brillantes ojos.
— ¿Cómo? — pregunte confundida. Porque todavía no podría cuadrar la idea que me estaba proporcionando.
—Sintiendo el momento. — dijo y alzo sus hombros para mirar sobre el escritorio —. ¿Qué te gusta o inspira aparte de leer?
Me sonrojé y vi la ventana la lluvia caía con más fuerza, miles de recuerdos nuestros vinieron a mi mente y es que en cada día de lluvia existían esos besos fríos que se sentían como... el sentimiento era tan inefable que no tenía texto alguno y es que de solo verlo allí parado a mi lado pasando la yema de sus dedos por las letras del libro y al sentir la espesa mirada que le daba giró su rostro y me regaló la sonrisa más brillante que hacía saltar mi corazón.
—El día está muy frio. —murmuré haciéndolo sonreír más y me recosté sobre mi silla cuando lo vi inclinarse sobre mí—. ¿Todavía lo recuerdas?
Asintió—. Todos los días. ¿Puedo?
—Puedes, —le respondí pero puse mi mano sobre sus labios cuando lo vi lanzarse y beso mis dedos haciéndome sonreír—. Pero tengo que terminar el relato.
— Un beso frío.
— ¿Qué?
—El título y lo demás podemos hacerlo nosotros para después escribirlo. —sentí mis mejillas encenderse porque entendía lo que había querido decir y alzo su mano derecha acariciando mi mejilla a su paso—. Eterno, es el sentimiento que siento cada vez que te doy un beso.
—Y son ellos mismos los que me llevan al cielo. —respondí con las mejillas sonrojadas haciendo que una sonrisa creciera de sus rosados labios.
—El estado más resistente es mantener que posar para terminar dándote un beso.
—Es la espera lo que hace que valga el tiempo.
—Ojalá me besaras tan lento, como la caída de las gotas que empañan mi ventana y calientas todos con tus versos.
Aplaudió—. Y después dices que no. Lo hiciste bien pero ahora quiero un beso frio.
La niebla apareció y abrí mis ojos viéndome sola en el cuarto.
—Quiero que sea viernes para que Nieves y Carmen me den una foto y poder inspirarme para traerte a mi mente.
Miles de recuerdos llegaron y quise escribirlos:
Cuando la realidad supera la ficción trae consigo cosas como estas. Algo que me llena de ilusión contar, sobre todo mostrar una parte que no solo soy yo, al contrario existen muchas más personas que me ayudaron a hacer esto realidad.
Quiero dejarles algo que trae Kendra: "He tenido que aprender a salir, del mundo que cree para refugiarme del dolor, ese lugar oscuro y sin color, donde pensaba que todo lo malo del mundo reacia en mí, no pensaba que afuera hubiese un mundo donde existía gente más miserable que yo, gente que tenía que enfrentar cosas peores a diario y a diferencia de mí, ellos no bajaban sus brazos."
Puse el punto final, miré la ventana y seguía lloviendo. Ojalá en esos relatos él me acompañara y no me pesarán. Pero esto era lo que hacía un escritor, contar historias a través de las imágenes que nos regalaban.
Quieran mucho todo de ustedes y cuando quieran a alguien más no midan nada y guarden los recuerdos en sus almas✨.
Ferobooks ❤️🩹
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RELATOS DE UN AMOR DORMIDO - TERMINADA
Short StoryLas letras hablaban lo que un día no vivimos.