LAS FLORES TAMBIÉN LLORAN.

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      Ella también reía viendo los campos de la pradera a la que iba todos los días, tan dispuesta a disfrutarlo todo que se quitó los zapatos que trenzaba al contorno de sus piernas, se despojó con la libertad más grande sintiendo la hierba bajo sus pies saltando de lado a lado; riendo como una niña entrando a su tienda de dulces favorita. Su vestido color crema como la nata de la leche de mi café cada mañana, su fragante cabello castaño como las nueces de las ardillas que saltaban de lado a lado por verla, la canasta que guardaba su comida favorita, las uvas suaves cuyo jugo caía en cascada cuando sus dientes atacaban en cada bocado y se deslizaban al contorno de sus labios; sus ojos castaños que hacían saltar mi corazón cuando se encontraban con la esmeralda de los míos.

     — ¿Me puedes tomar una foto? Por favor. — me dijo extendiendo la cámara instantánea en mis manos y sonreí al ver sus ojos brillar, tomé con cuidado aquel objeto y el roce de nuestros dedos mandó un látigo electrónico por nuestro sistema—. Lo siento; es lindo sentirte.

     Negué—. La foto. Espera toma el libro. —tomé el libro que tenía en mi otra mano y su sonrisa hizo que el día se viera más brillante; entre cálido y frío pero tan necesario como los días de chocolate y frio—. Las flores también lloran.

     Se sentó sobre la hierba y me miro con intriga pero no dijo más, simplemente subió el libro sobre su cara y se posó ante mí para retratar no solo con la cámara aquella imagen que me regalaba; estaría en mi mente y aunque sufriera amnesia la guardaría en mi corazón para volverla a ver si mi memoria falla mis latidos la sentirían y los recuerdos volverían. Ella era todo aquello que un día nunca mi mente pude imaginar, era más que eso que anhelabas carnalmente; era más allá de lo banal y lo enigmático del mundo, era el suspenso de cada mañana al despertar me hacía levantar con más ganas de respirar y no sabía que era un sentir tan bonito pero lo conocí cuando lo vi a ella, rozagante y aventurera como la misma brisa de la primavera.

      Siempre me preguntaban porque hablaba tanto de ella y era tan sencillo de hablar con la verdad y sentirla desplazándose tan ambiguamente sobre mis cuerdas y dejándolas fluir sobre mi lenta al tono de mi voz al recitarla, me salvó de la oscuridad sin saberlo, me retó a la verdad de mis miedos, incluidos aquellos que ella guardaba en su interior. Nos salvamos y sanamos juntos; pero también nos perdonamos para irnos a conocer el mundo cada uno por su lado y después de cuatro años de aventuras y nuevos comienzos. Me encuentro aquí frente a la mujer de mis sueños, la que cada noche me despierta con un beso y cada mañana con un gruñido de silencio.

      La veía en tantas vidas, en los años 50 y en los 70 como cada Halloween te disfrazabas de Carly Simón y nadie lo entendía hasta que explicabas su historia y tenías el poder de persuadir para escuchar todas sus canciones. Tan ingenua ante muchas miradas, tan inteligente ante la mía porque sabía leer cada mirada que irradiabas, eres lo más bonito del mundo y hoy mirarte era mi mayor orgullo.

      Las flores rosadas que parecían de cerezos. El recuerdo de un diciembre entre tus besos y un febrero sin recibir un abrazo con un te quiero.

      — ¿Cuántas fotos llevas? —Me pregunto y sonreí de lado—. Me imagino que un álbum.

      —En mi mente. Ya hice un álbum para diez vidas a tu lado. —le respondí y vi sus mejillas tomar un color carmesí y me acerqué lentamente a ella mientras dejaba la cámara de lado con la foto sin que pudiera dañarse. Tome el libro de sus manos y lo deje de la misma manera para arrodillarme frente a ella—. Pero, para empezar una que sea el cuento favorito de nuestros futuros hijos.

 Pero, para empezar una que sea el cuento favorito de nuestros futuros hijos

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      —Las flores también lloran. —Cerré el libro y lo dejé sobre la mesita de noche mientras veía a mi hija limpiarse sus lágrimas—. También lloré las primeras quien veces.

     —Se querían muy bonito. —Me expresó y asentí con una sonrisa—. Tengo que ir a dormir a Victoria.

      —Me puedes poner la canción.

      — ¿Green Eyes? —Asentí y me acomodé en mi cama para poner la manta sobre mi pecho mientras dejaba el libro sobre mis manos—. Está bien, vuelvo enseguida y te amo.

     Dejo un beso sobre mi frente y acaricio mi rostro antes de irse a ver a mi nieta; Victoria una pequeña que había heredado los ojos de su abuelo y el amor de mis días, me recordaba cada día cada suspiro cuando me sonreía. Cerré mis ojos para seguir la letra de la canción como el día que la escuchábamos juntos y me sumergí en el mar de sus recuerdos.

 Cerré mis ojos para seguir la letra de la canción como el día que la escuchábamos juntos y me sumergí en el mar de sus recuerdos

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Entré nuevamente al cuarto y la melodía de Coldplay me recibió. Sonreí al verla porque era una banda que ha papá le gustaba. Mis pulmones retuvieron el oxígeno cuando me acerqué a su lado y vi la tranquilidad en su rostro, lágrimas empañaron mis mejillas y besé su canoso cabello para girar mi rostro y ver la ventana abierta donde el cielo alumbraba bajo el cielo con sus estrellas.

      —Sigue escribiéndole versos en el cielo. —mi voz se cortó y giré la cabeza para mirarla a ella sentí unos pasos entrar al cuarto y vi a mi esposo mirarme con pena—. Mi padre ya la recibió.

      —Seguro que sí. ¿Quieres que haga la llamada?

      —No, déjame un rato más con ella.

      Y así terminaba una historia, donde dos adolescentes tiempo después se casaron y tuvieron una maravillosa hija, —modesta igual a mi padre— una vida juntos y un amor de días que quedo retratado en letras por su esposo, ahora quedaba la mía con una enseñanza muy bonita y es que hoy supe que las flores también lloran, la partida de una madre que creo un jardín de fantasías.

      Y así terminaba una historia, donde dos adolescentes tiempo después se casaron y tuvieron una maravillosa hija, —modesta igual a mi padre— una vida juntos y un amor de días que quedo retratado en letras por su esposo, ahora quedaba la mía co...

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Escribir una realidad duele menos que una ficción que me hubiera encantado que sucediera.
Ferobooks ❤️‍🩹.

RELATOS DE UN AMOR DORMIDO - TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora