Para Gwydion:
Antes que nada, Feliz Navidad.
Mientras escribo esto veo caer la nieve frente a mi ventana y no puedo evitar pensar en ti, tal vez eso es lo que finalmente me ha animado a escribir esta carta.
Presupongo que este año la celebrarás también en Camelot.
Ya es finales de diciembre y yo estoy aquí en el castillo de Norgales, mi nuevo hogar aunque no porque yo realmente lo deseara así. Pero después de mi destierro el rey Uriens era mi mejor opción...Por no decir la única.
Mi marido no es alguien que pueda inspirarme realmente simpatía pero confío en que nos la arreglemos para llegar a tener una buena convivencia.
Este es un sitio hosco, aislado, gélido;en corcondancia con el carácter de sus habitantes en general, no sólo de Uriens. Estos no se han molestado en disimular su desconfianza hacia mí, sospecho que mi estatus cómo hijastra de Uther está detrás de eso.
Tal vez eso cambie cuando se enteren de las buenas nuevas.
Y es que si todo sale según lo debido en Mayo seré madre por primera vez.
Eres un hombre inteligente, sé que te darás cuenta de quién es el responsable.
Lo cierto es que ya lo sabía cuando me marche de Avalon;no me pidas que te explique cómo ya pude saberlo con tan poco tiempo de estado, sencillamente empecé a notar esta nueva vida gestandose dentro de mí.
Tal vez debí decírtelo la última vez que nos vimos en persona pero me ganó la decepción y la rabia, perdón si aquello me hace merecedora de ser calificada cómo mezquina.
Pero en verdad aún sigo sin poder asimilar las últimas palabras que me dirigiste: ahora dices que lo sucedido fue antinatural, pero todas aquellas noches en las que viniste junto a mí claramente no pensabas lo mismo.
Para mí esas noches están lejos de ser algo impío; fue algo mágico y hermoso, cómo tan sólo puede serlo dos personas yaciendo juntas por amor.
Y ahora los hijos, porqué sé también que serán niño y niña, que creamos entre los dos nacerán en este pasaje ahora helado en dónde cada noche echó de menos tus palabras, tu calidez, tus besos.
Sólo no me reproches esta última línea.
Juré no ponerme melancólica, no en estas fechas.
Pero te sigo amando aún a pesar de todo y no puedo mentir al respecto
Atentamente, Morgana.
(Historia:La Vida de Morgana)