No es de la manada-Enid Sinclair x Tn

Prólogo

Otro año llegó a la academia de Nevermore, Enid de nuevo era compañera de Miércoles quien ya había terminado de colocar sus cosas sobre su escritorio. La joven rubia revisaba y ajustaba los peluches encima de su cama. Cosa también estaría ese año para ayudarlas en los problemas con los que tuvieran que lidiar. La gótica y asesina de Nevermore suspiró viendo la parte colorida de su compañera. Tenía una pizca de esperanza de que hubiera cambiado en el tiempo que estuvieron separadas pero...nada había cambiado.

―¿Sabes qué roomie?―dio unos saltos y se acercó a ella.

―Si es otro de tus chismes te agradecería que lo dejases para tu página de cotilleos―respondió ella volteando levemente la cabeza.

―No, resulta que...¡tengo un nuevo hermano!―contó ella super feliz.

―Enhorabuena por el nacimiento―comentó Miércoles en su tono frío y sin emociones.

―No, resulta que la manada ha adoptado a un excluido―dijo―y vendrá aquí a Nevermore a estudiar, tengo unas ganas de conocerlo.

―Genial―Miércoles se sentó a escribir.

Aún faltaban unos días para que las clases dieran inicio, pero así daba tiempo a que algunos alumnos se pudieran inscribir como era el caso de Tn. Enid se puso a ver memes, reels y otras cosas para hacer más amena la espera. Hasta que por fin llegó la hora.

―¿Vienes?―preguntó emocionada―¡tienes que conocerlo!.

―Iré para no tener que escuchar tus insistencias para que vaya―replicó―Cosa, vigila que nadie entre.

Este levantó el pulgar.

Ambas se pararon en la entrada de la academia y vieron llegar a gente pero ninguno era Tn. Entonces vieron llegar el coche de los Sinclair y ella jalaba del brazo de Miércoles hasta que ella amenazó con cortarle el cuello sino cesaba de inmediato.

―Sigues dando miedo―dijo ella retrocediendo.

―Ese es la idea.

Los padres de ella salieron y la abrazaron.

―Oh hija, ¿qué tal tu regreso?―preguntó su madre.

―Genial madre, ¿y Tn?―ella miraba detrás de ellos.

―Ah...estaba...ah, ahí está―lo vieron acercarse y cuando estaba a nada de Enid, ella abrió los ojos sorprendida.

Era un joven de su edad, pero era tan alto que podía tapar el sol. Nada menos que unos 1,90 en comparación con ella. También tenía unos músculos que podría partir un árbol. Pelo castaño y un poco largo.

―Hola―saludó tímido el joven―soy Tn, tu nuevo hermano...espero que podamos llevarnos bien―dijo algo avergonzado y rascando su mejilla.

La gente que pasaba por el lado se quedaba mirando unos segundos antes de continuar su camino.

―¡Enid Sinclair, bienvenido hermanito!―gritó antes de abrazarlo, o al menos intentarlo.

―Tn querido, ¿qué hemos dicho?―preguntó su madre.

―Lo siento...aún no controlo mis poderes―tras unos segundos su estatura fue bajando hasta quedarse un poco más alto que Enid.

―¡Impresionante!―dijo la rubia―tengo un montón de preguntas que hacerte.

―Bueno, os dejamos―comentó su padre antes de abrazarlos―tenemos mucha faena, Tn, cuida de tu hermana y Enid, lo mismo digo cariño.

Se marcharon y Tn agarró sus maletas.