My Innocent Treasure

V I B R A T O R ²

Nicholas rápidamente salió del auto, asustando a el coreano por la rudeza con la cual cerró la puerta.
Lo vió rodear el auto y abrir la puerta donde el se encontraba.

El mayor jaló a Euijoo fuera del auto y lo cargó como si este se tratara de un saco de papas.
-¡Nicholas! Oye.. ¡hazme el favor de bajarme!- dio pequeñas patadas al aire para tratar de bajarse, pero fue en vano.
No hubo respuesta alguna y tampoco indicios de que el taiwanés lo fuera a bajar.

En un abrir y cerrar de ojos ya se encontraban dentro de la habitación, Nicholas colocó a Byun en la cama, mientras el buscaba algo dentro de un cajón en una mesa de noche que estaba al lado de su cama.
De ahí sacó el mismo lubricante que usó para colocar el vibrador dentro de Euijoo.

El menor observaba todo sentado en la cama completamente callado, sintiendo una leve incomodidad en su interior, su cuerpo pedía de nuevo esa sensación que lo volvía loco. Quería sentir ese placer que en sus cortos 19 años nunca había sentido.
Como si hubiera sido escuchado, esa sensación volvió a hacerse dentro de el, solo que con más intensidad.
Podría asumir que estaba en el nivel ocho como mínimo, todo su interior vibraba con una intensidad sorprendente, aquel aparato golpeaba con exactitud ese punto que lo hacía ver las hermosas estrellas.
Realmente lo hacía perder la cordura, se sentía tan obsceno pero realmente le encantaba.
Ya para este punto no le interesaba callar sus gemidos, dejaba que salieran tranquilamente
Disfrutándolos a su vez.
Movía sus caderas buscando más placer, sentir como el vibrador golpeaba su punto dulce.
Realmente le encantaba, amaba esa sensación.
El placer se apoderó de su rostro, reflejando su gusto en sus expresiones.

Nicholas se acercó a Euijoo como si de una presa se tratara, lo tomó por los hombros y lo acostó en la cama, sus miradas se conectaron reconociendo el deseo y lujuria de cada uno.
El mayor volvió a ver esa mirada que lo traía muy mal, realmente Byun se lo estaba buscando provocándolo de esa manera...

Yixiang atacó el cuello de Byun, haciendo que este jadeara de sorpresa, soltando un muy pequeñito gemido y arqueara la espalda.
El mayor comenzó a retirar la ropa ajena, quitando los pantalones holgados y ropa interior a la vez, notando como estos estaban húmedos por la excitación del coreano, por último le quitó la polera.
Apreció con gran gusto el cuerpo del menor, el era extremadamente hermoso, su cuerpo era esbelto, literalmente perfecto.
Curvas sumamente pronunciadas, piel suave y blanda el los lugares como en sus muslos y glúteos, la firmeza de su plano vientre y los tonos rosas que se apoderaban de su piel.

-Dios, eres tan bello- murmuró con voz grave, ocultándose en el hueco entre sus clavículas y cuello del menor y a la vez apretando sus caderas, notando el limpio movimiento que estás hacían.
Empezó a repartir besos por el pecho del menor, jugando con sus tiernos botoncitos.
Escuchando como salían tiernos suspiros de placer, haciéndole sonreír a gusto por la reacción del menor.

Nicholas se separó un poco para poder ver mejor la figura esbelta del menor, este se avergonzó un poco por la mirada sugerente que le daba el mayor, lo hacía sentir tan pequeñito, como un conejito en manos de un lobo.
Euijoo trató de cerrar sus piernas, pero las manos firmes de Nicholas en sus muslos evitaron la acción, haciéndolo sentir nervioso por el aura tan masculina y dominante que lo abarcaba.
Nicholas abrió las piernas del menor, colocándolas al lado de sus caderas, haciendo que estás se doblaran un poco y las rodillas estuvieran cerca de el pecho del menor. sorprendiéndose internamente por el hecho de que el sabía que el menor no era muy flexible, pero su piernas se abrieron con mucha facilidad.
Los ojos del menor observaron la situación con inquietud, realmente no tenía la menor idea de qué hacer, era su primera vez, pero claro que no le iba a decir eso a Nicholas. Nunca se humillaria de tal forma diciéndole que es el primero en follarselo.