Capítulo 6

21 3 2
                                    

Esta en el carruaje de camino al castillo menor como lo llamaban los vampiros Esto es súper enojado por todo lo que sucedió. En la dichosa Asamblea. Ese maldito frío es poder. Y más poder. No sé por qué me sentía tan celoso. Nunca he sido. De esos hombres que son celosos, pero con mi esposa no sé qué me sucede. Estoy tan concentrado en mis pensamientos. Que cuando vi una figura en forma de humo que se está materializando frente a mí, pensé que había de morir de un infarto. Me preparé para atacar. Cuando escuché la voz. Suave de mi esposa.

— Esposo mío. Estuviste Muy bien. Siempre debes de mantenerte firme en todo lo que digas. —Yo me quede sorprendido y asustado no sabía que ella pudriera hacer eso.
Nos quedamos en silencio en el carruaje hasta llegar no puedo decir que siento sueño, desde la ceremonia me siento con más energía.
Llegamos al castillo y  nos internamos en el salón donde el mayordomo nos estaba dando indicaciones. Para mañana la media noche no solo habrá caos
— cuando se anuncie que él humano será el nuevo rey, se tomarán represalias en contra de que usted, mi señora, y contra el señor, Habrá que estar muy. A los acontecimientos, porque los del Consejo no están muy contento con lo que usted. Impuso esta noche en respecto a lo de las Brujas, estaré investigando porque no creo que las Brujas estén haciendo eso. Ella jamás atentaría contra la vida de un vampiro. Teniéndola a usted como su reina.

— Eso mismo estaba pensando. No puede estar en una casa de medida. Yo soy su reina. Por lo tanto, yo no podría no hacer algo así. Estoy dividida entre ambos reinos sobre la reina de las Brujas, como también soy la reina de los vampiros.

— Mi señor creo que ya debería de ir a descansar, dijo Velkan asentí no tenía muchas fuerzas ellos eran nocturnos.
—Si ya deberíamos Alex debe de descansar lo había olvido por completo.

— Duerman bien altezas... — dijo desapareciendo... — Debe de consumar la unión ya nada será igual mi señor — escuche la voz de Velkan en mi cabeza.
Subimos al la recamara que estaba adornada...
— No crees que alguien dijo lo de nuestra unión

— No, no lo creo Velkan no lo permitiría... —¿Cómo puedes estar tan segura mi señora? — dije ayudándola a quitarse la ropa, ella me miro a los ojos.
— Porque Velkan le arrancaría la lengua, —reí por sus palabras, pero al ver la seriedad de su rostro supe que no era en juego —Velkan...

— Si, le arrancaría la lengua y luego el corazón, para luego tomar su sangre de él y de los suyo —   dijo y sentí mi cuerpo estremecerse

—¿Él no es un vampiro común verdad?
No Velkan es noble se nacimiento, y en un tiempo fue el custodio personal del rey para luego serlo mío, pero como nunca lo he necesitado...

Nos quedamos en silencio por un momento hasta que Sorin rompió el silencio —No es necesario que lo hagamos ... —la calle besándola para callarla. Ella gimió en el proceso por los rápidos que la vez caímos a la cama nuestra ropa desapareció en cuestión de minutos veces su cuello.—Si quiero que hagamos el amor no sabes lo que he estado esperando el momento de hacerte mía.

Sorin
Mi cuerpo estaba caliente. Los sentidos de los vampiros son más desarrollados los latidos del corazón de Alexander estaban acelerados me estaba volviendo laca, cuando sentí sus besos en mi cuerpo todo mi cuerpo temblaba por las ansias que tenían por él. Sus besos descendieron hasta mis pechos, los beso, chupó, continuó con sus torturas hasta llegar a mi centro de placer contuve la respiración sentó como paso un dedo en mi centro para luego Lamerlo con lujuria mis colmillos se alargaron sentía la garganta seca mientras el me devoraba el centro sentía que mi liberación estaba cerca iba a tener un orgasmo. —Alexander…—Gemí desesperada por algo desconocido las piernas temblaron grite su nombre el continuó hasta que mi respiración se estabilizó subió y me beso sentía en sabor de mi liberación en sus labios nuestros centros chocaron y gemimos juntos lo sentía en mi entrada. Iba entrando despacio solo sentí un leve dolor cuando nuestros cuerpos se unieron todo dejó de existir. Sentía los pensamientos de Alexander como mío estabas sudorosos entraba y salía de mía mi respiración se estaba volviendo más rápida las embestidas se volvieron más feroces y rápidas mis colmillos estaban fuera Alexander me ofreció su cuello sumiso gemía,

PECADOS VAMPIRICOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora