Todo empezó con una fanática de los libros y un fanático del café.
Hannah, una joven lectora, le gustan los libros de ficción, de terror, de suspenso y mucho más, los de romances. Ella sueña con tener su romance como en los libros, sueña con encontr...
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Inicio de clases. Algo tan esperado para muchos y algo tan odiado por otros.
Estoy en mi casa. En mi habitación. Poniéndome el uniforme, que consiste en una falda un arriba de la rodilla, en color azul; Una camisa blanca, con un saco al mismo tono de la falda; Unas medias blancas a medio muslo y unos zapatos bajos, negros y si alguien no quería falda, tenia la opción de un pantalón al mismo color.
Cuando acabé te ponerme el uniforma bajé a la sala, donde no había nadie, algo no muy sorprendente ya que mis padres no estaban en todo el día. Me encaminé a la cocina y noté que en la mesa había un papel con una pequeña nota.
"Cariño, en el horno te deje unas tostadas calentitas para que comas antes de irte a la escuela y prepárate un café para tomar.
Besos, Mamá"
Sonreí y abrí el pequeño horno colgado en la pared, allí estaba el plato con tres tostadas, las agarré y mientras me llevaba una a la boca colocaba la cafetera a hacer un café. Tomé asiento con la taza de café negro entre mis manos, cuando un mensaje sonó entre mis notificaciones, visualicé el teléfono en la punta de la mesa, me estiré hasta agarrarlo cuando el timbre de mi casa sonó, suspiré y me levanté, caminando a paso pesado hacia la puerta.
-¿Quién es? -Pregunté antes de abrir. Me hice de puntitas para poder ver por la mirilla pero no vi a nadie.
Suspiré y me giré para volver a mi desayuno, cuando el timbre volvió a sonar, frustrada abrí la puerta antes de preguntar quién era y me sorprendí al ver a mi mejor amiga parada frente a la puerta, con su mochila colgada al hombro y su uniforme bien planchado y perfumado.
-¡Hanny! -Gritó mi amiga, saltando para abrazarme, casi tirándome al suelo de espalda. Sonreí y la abracé de vuelta con la misma fuerza que ella. -¡Te extrañe tanto! -Hizo un falso puchero y volvió a abrazarme.
-Ay, Ly -Sonriendo apreté mi agarre en su espalda y besé su mejilla varias veces. -No sabes la falta que me hacías -Sollocé falsamente y me separé de ella. -Ven vamos adentro.
Nos abrazamos una ultima vez y entramos a la casa, cerrando la puerta detrás nuestro. Caminamos hasta la cocina y le preparé un café mientras mi amiga tomaba asiento en la silla frente a la mesada, con una linda sonrisa en sus labios.
-Cuéntame todo, ¿qué tal tus vacaciones, Ly? -Cuestioné mientras ponía la cafetera a andar, apoyé mi cadera sobre el mesón y crucé mis brazos mirándola a la expectativa.
-Estuvo lindo, pero te extrañé cada día -Dijo haciendo un puchero con sus labios para luego volver a sonreír y mirar brevemente su teléfono. -La playa estaba muy linda, el sol quemaba un montón -Iba enumerando con los dedos, cuando noté que estaba mas bronceada que siempre, su bonita piel color durazno estaba en unos tonos mas oscuros y eso le sentaba super y la hacia ver mas linda de lo que era siempre. -Ademas, conocí a un apuesto chico -Me miró con una sonrisita traviesa mientras subía y bajaba las cejas.
