Enma y Armin son mejores amigos desde que entraron al instituto y después de 5 años lo siguen siendo, pero nada es para siempre ¿no? ¿Seguiran siendo amigos o hay algo más?
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Por cierto las imágenes no las hice yo, las he cogido de pinterest, así...
Con las llaves en mi mano, me precipité hacía el aula donde Enma quedó atrapada. Cada paso resonaba con urgencia en el pasillo, mi mente llena de mi preocupación por la seguridad de la persona que más me importa en este mundo. El humo se filtraba por debajo de la puerta, lo que aumentaba mi ansiedad y me puse en lo peor.
• Narra Enma •
Estaba sentada en el suelo tratando de respirar lo menos posible, y me preguntaba cuanto tiempo pasaría antes de que alguien me encontrara. La incertidumbre y el miedo se apoderaron de mí mientras esperaba el sonido tranquilizador de pasos acercándose. De repente porfín pude oir esos pasos corriendo en mi dirección.
-¡¿Enma!? -Se acercó a la puerta.
-¿A-Armin? ¡Estoy aquí! -Me levanté emocionada de que mi mejor amigo viniera a rescatarme.
-¿Estás bien? Voy a sacarte de aquí. -El sonido de las llaves girando en la cerradura resonó el aula. Armin abrió la puerta con rapidez y pudo ver mi afecto por la situación. Me tomó del brazo con delicadeza y me guió fuera del aula, alejándonos del humo y regresando al patio donde se reunían los demás estudiantes.
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El aire fresco del exterior fue un bálsamo para mí, agradeciendo internamente el rescate de Armin. Pude percatarme de su preocupación y me acompañó a un lugar seguro en el patio.
-¿Pero se puede saber en qué demonios estabas pensando? -Armin me tomó de los brazos haciéndome mirarle a los ojos. Pude notar en sus ojos azules una mirada de preocupación y miedo.
-L-Lo siento, olvidé mi móvil, y quería ir a recogerlo antes de que se me estropeara. -Mi voz temblaba, y me empecé a arrepentir de hacerle pasar este mal rato.
Armin suspiró algo serio y me tomó en sus brazos estrechándome contra su pecho. -Creía que te había pasado algo, no me vuelvas hacer esto nunca mas, ¿vale? -Pasaba su mano por mis cabellos acariciándolos.
En ese momento se hizo presente la profesora Delanay.
-¿Donde estaba, señorita?
Armin y yo nos separamos rápidamente y fijamos nuestras miradas en la profesora. -Olvidé mi móvil en el aula, y tuve que ir a por él inmediatamente.
-Es usted una masoquista, ¿al menos se encuentra bien?
-Si si, no se preocupe, no me noto nada.
Delanay me miraba de arriba a abajo levantando una ceja. -Por su seguridad, le vendría mejor que le atendieran en la enfermería, y asi salimos de dudas. -La profesora miró a Armin. -Acompañe a su compañera a la enfermería.
Armin asintió con la cabeza y Delanay dió media vuelta y se fue con el resto de los alumnos evacuados intentando restaurar el orden entre ellos. La alarma de incendios continuaba sonando en el fondo, pero la situación parecía estar bajo control. Alexy y Kentin, quiénes se encontraban cerca de nosotros, nos interrumpieron.
