Nota: este one shot es lo que imagino como sería si ellos estuvieran juntos durante la gira.
18 de octubre, 2023.
Llevaba varios días planeando la celebración perfecta para el cumpleaños de Christopher y aunque el día de su cumple no teníamos programado show, me gustaría tener una pequeña celebración con el crew que ha estado acompañádonos durante estos casi 3 meses que llevamos de gira por Estados Unidos. Hago un par de llamadas antes de que Christopher vuelva, al terminar salgo de la habitación para ir a buscar a María Paula.
¿Cómo se portó mi princesa? -me acerco y me siento a su lado para jugar con ella.
¡Bien! -dice sonriendo antes de lanzarse a mis brazos y llenarme de besos.
En ese momento se abre la puerta y me doy cuenta que es Christopher que regresó de la reunión con los productores.
Me encanta verlas así -se acerca a nosotras, sentándose a mi lado- estás hermosa -dice mirando a Mapi mientras le toca la mejilla.
Gracias papi -sonríe y se lanza a sus brazos- tu tamién tas hemoso -posa sus manitas en las mejillas de Christopher y le da un beso- me voy -dice antes de levantarse y salir corriendo hasta la cama.
Es un terremoto -dice mientras me voltea a ver- nuestro terremoto
Ambos reímos, él atrapa mi mentón con una de sus manos y deposita un suave beso en mis labios. -Te amo -susurro y no puedo evitar sonreír.
Nos levantamos del suelo, pasamos al sillón que estaba cerca de nosotros y me cuenta lo que se había hablado en la reunión con los encargados del documental que estábamos filmando sobre el regreso de RBD, así se nos va el tiempo hasta que ya casi era la hora de la cena.
Era nuestra última noche libre antes de la seguidilla de shows que se venían en Los Ángeles, me emocionaba mucho volver a esta ciudad que fue tan testigo de nuestra historia, tanto como grupo y como pareja... sobre todo como pareja, teníamos interminables recuerdos en esta ciudad que supo ser nuestra aliada cuando queríamos huir del mundo, aquí siempre pudimos ser nosotros, no las figuras públicas, sino nosotros, los que salen a hacer las compras, los que preparan comida en casa, los que pelean y se reconcilian con besos apasionados sin miedo a ser captados por una cámara, éramos Dulce y Christopher, los que miran el atardecer tomados de la mano, los que reciben el amanecer enredados en las sábanas, ese par de mocosos apasionados que se amaron y se aman con intensidad.
Decidimos ordenar algo a la habitación para pasar tiempo con nuestra lunita, María Paula había llegado a iluminar nuestra vida en el momento en el que más la necesitábamos, en el que más la necesité.
Durante el embarazo fue Christopher quien padeció los antojos, se levantaba de madrugada a hurgar en el refrigerador cosas para picar y volvía a la cama sonriendo después de saciar sus antojos, desde entonces me di cuenta que nuestra bebé y él iban a tener una conexión especial, y así fue, cuando Mapi nació él fue quien la recibió después de su primer llanto, cuando lo vi con la bebé entre sus brazos me sentí la mujer más feliz del mundo, verlos a ellos iluminó mi vida como el sol ilumina un amanecer, sentí como una cálida luz se apoderó de la habitación, de mi cuerpo y no pude evitar llorar de la emoción.
Christopher se acercó para entregarme la bebé, cuando nuestros ojos se encontraron pude notar un par de lágrimas asomándose en los suyos, al entregármela me dio un beso en la cabeza y fue a buscar una silla para sentarse a mi lado.
Me agarró la mano, seguíamos sin poder creer que nuestra bebita estaba con nosotros finalmente, que podíamos verla, tocarla, abrazarla y llenarla de besos, era la niña más hermosa que habían visto mis ojos, era un pedacito de nuestro amor en la tierra.