lV: "La chica del gimnasio"

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Victoria

Llegué a la habitación de las chicas y la abrí, dejando a la vista a Valeria, Nica y África. La última me preguntó a dónde había ido y le conté que me perdí. Ella pareció entenderlo y cambió el tema de conversación, algo que agradecí ya que no quería hablar de lo que había pasado.

Ese chico del cuatro del conserje, era el mismo del comedor. No sabía quién era, ni porque me conocía. No creo que mi padre haya aceptado tratar con un niño, él no era así. Había visto a miles de jóvenes comprometidos con su negocio, ser rechazados por mi padre. Así que podía estar segura de que ese sujeto no había negociado con papá. Pero entonces, ¿Cuál es su problema conmigo?

Tanto él como sus amigos insisten en que vaya a la fiesta, pero Nica no cree que sea buena idea. Esa voz en mi cabeza me dice una y otra vez que no debería ir, que Nica sabía lo que decía y que los conocía mejor; pero la curiosidad era más grande que mi razonamiento y sentía en mis adentros que debía asistir.

Esa noche organicé todo lo que necesitaría para mi primer día de clases y luego me acosté a dormir. El silencio en la escuela era tan cómodo que te dormías y no te enteras hasta el día siguiente, pero esa noche fue diferente y el grito que se escuchó en el pasillo fue la causante de que se rompiera la tranquilidad del lugar.

—¡Auxilio!— gritaba una voz femenina—¡Está muerta!¡Está en el gimnasio!— Nica y yo nos miramos antes de salir al pasillo.

En este nos topamos con una chica pelinegra de pecas por todo su rostro. Su cabello estaba erizado y vestía un pijama azul de esferas moradas. Lloraba mientras gritaba una y otra vez que "estaba muerta". Pero, ¿De quién hablaba?

— Sandra—, habló una de las muchas chicas que había salido por el ruido—¿De qué hablas?¿Quién está muerta?

— Kyla—, respondió— fui a la cocina p-por agua, pero en el pasillo que-que d-daba a la terraza había mucha sangre y... y cuando la seguí hasta el gimnasio, ahí estaba... estaba—. Llevó sus manos a su cabeza y soltó un fuerte gemido antes de caer al suelo—¡Está muerta!— dijo antes de romper en llanto.

—¿Kyla?— preguntó una chica— Pero, ella no llegaba hasta mañana.

Varias chicas corrieron en dirección a las escaleras mientras la jefa del dormitorio les gritaba que se detuvieran, aunque estas no hicieron caso. Nica y yo nos miramos para seguido seguir a todas las demás en dirección al gimnasio. Al llegar a la cocina notamos toda la sangre y varias de las chicas se detuvieron asustadas, pero eso a mí no me causaba temor y por lo que veo a Nica tampoco. Así que seguimos el recorrido por el jardín hasta el gimnasio que quedaba un poco más apartado de los dormitorios.

A la distancia notamos que algunos profesores se acercaban al lugar, por lo que apresuramos el paso y al llegar al gimnasio no dudamos en abrir la puerta. La vista que nos recibió allí dentro me erizo la piel.

Sangre.

Mucha más de la que podría haber dentro de un ser humano. El suelo de la cancha se encontraba cubierto de ese oscuro y espeso líquido rojo. Pero eso no era todo ya que que la sangre seguía saliendo del cuerpo de la joven cuya cabeza había sido encestada en el aro del poste en una esquina de la cancha. Su cabello castaño claro colgaba hacia delante tapando la cara de la joven y sus brazos a ambos lados de su cuerpos, sus piernas cubiertas de sangre que corría por ellas hasta caer al suelo. Un grito se escuchó detrás de nosotros y luego varios sollozos.

—¡Vuelvan a sus habitaciones!— ordenó demandante la directora—¡Ahora!—Nica me tomó del brazo y jaló de mi hacia el exterior siendo seguidas por otras compañeras.

Verdad Oculta [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora