Vlll "Un beso bajo la luna"

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Victoria

Habíamos sido trasladadas hacia una habitación nueva, donde habían dos camas más aparte de la mía y la de Nica. Nuestras compañeras a partir de ahora iban a ser una chica de cabello rubio y corto llamada Gretel y nada más y nada menos que Lara.

Nuestra llegada había sido silenciosa. La directora Vlad nos había pasado por la noche, cuando todos los estudiantes se encontraban dormidos, así que muy pocos sabían de lo que había pasado.

Yo no dejaba de pensar en lo que había ocurrido la noche anterior. El grito de ayuda, el ser dentro del bosque, su cierto parecido con Anthon. “Aquello que habita en la oscuridad”, se hacía llamar.

Preguntas como: ¿Es esto lo que tanto quieren ocultar?, pasaban por mi cabeza mientras acomodaba lo que quedaba dentro de mi maleta en el enorme armario que ahora compartía con Nica.

Las paredes de este cuarto era blanco. Habían dos camas de un lado y dos del otro con los pies apuntándose mutuamente. Cada cama tenía su mesita de noche con una lámpara en forma de flor y un espacio libre para una pequeña libreta, el portador o el móvil. Debajo había una gaveta en la que se podían guardar algunas cosas y una pequeña zapatera donde solo cabía un par de zapatos. Yo tenía los que utilizaba para la escuela, pero Nica había optado por poner una cajita de madera con candado y mentiría si dijera que no me picaba la curiosidad por saber que había ahí dentro.

Entre las cuatro cama había una alfombra morada en forma de círculo y en una esquina habían dos espejos abarrotados con maquillajes, cremas y otras cosas necesarias para chicas. Los armarios eran lo suficientes grandes como para compartir entre dos personas y tenían una división para que la ropa no se juntara. Ambos eran de madera blanca y tenían algunas decoraciones en rosa claro. En la parte baja había una zapatera más grande donde se encontraban nuestros libros y entre ambos armarios había una puerta que daba hasta el baño. Del otro lado de la habitación, había un pequeño balcón, lo suficiente grande como para que cinco personas pudieran estar de pie al mismo tiempo, además de pequeñas ventanas cerca de las camas que iban en dirección al dormitorio de los élites.

El cuarto de Lara, sospechosamente era el único que quedaba tan cerca de los dormitorios élite y sospechosamente la directora nos había trasladado aquí por su propia voluntad. O al menos eso me habían dicho.

— El comedor lo abren dentro de diez minutos—. Nos avisó Gretel y nosotras se lo agradecimos.

Otro dato interesante era que habían arreglado los horarios de almuerzo y comida, así que ya no nos encontrábamos con los estudiantes élites. Ellos almorzaban más tarde y comían más temprano, todo equilibrado con sus horarios de clase, pues ellos eran estudiantes nocturnos.

Me vestí con una simple blusa y un short, me puse unos zapatos sports y recogí mi cabello en una cola alta antes de salir de la habitación detrás de las chicas, ganando miradas curiosas de los estudiantes que nos habían visto salir a Nica y a mí de la habitación de Gretel y Lara.

Al llegar al comedor, entramos por sus dobles puertas y nos dirigimos hacia una mesa de cuatro. Nos sentamos y rápidamente nos atendieron los camareros que la escuela había contratado para servirnos.

Había faltado a mi segundo día de clases, pero con el permiso de la directora, así que espero que eso no me cause problemas. Aunque los estudiantes que habían ido a clases nos observaban con envidia. Me reí por dentro, de seguro ellos querrían estar en mi situación. Ya quisiera verlos yo en ella.

— ¿Qué te hizo venir a esta escuela?— me preguntó Gretel mientras picaba un trozo de su carne.

— Mis padres tomaron la desición—. Le respondí y ella hizo un asentimiento de cabeza.

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⏰ Última actualización: Jul 10 ⏰

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