Capitulo 10.

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Narra Calius:

Mi mañana comenzó de la mejor manera y ni decirlo después de esa paja no digo yo, y como si eso no me vasto, ver a Clarisa sonrojarse y pensar esas cosas, no puedo creer que mi hermosa luna fuera así de pervertida. Eso hace que mi pequeño amigo se comience a despertar. Pero de no haber sido porque nos interrumpieron. Hubiera podido ver más sonrojada a mi diosa y todo porque María entró a la cocina.

Seguido de los regaños de Martha que no voy a culpar, solo quería ver cómo se sonrojaba mi luna, aunque mi recompensa fue un sartenazo por parte de mi hermana, que putas si que me dolió, la malva pega fuerte cuando se enoja.

Justo cuando pensaba que las aguas se calmarían mis traicioneros sobrinos me delataron, nunca imaginé que esos pequeños diablillos divulgarán el consejo que les había dado, pero en lugar de guardar silencio avivaron aún más las llamas y ya se pueden imaginar lo que pasó después.

Al salir de la cocina, escuché los gritos de los niños: "¡Vivan los novios!", palabras que encendieron mis celos hasta límites insospechados.

¿Quién se cree ese desgraciado para influenciar a los niños con esas palabras?— gruñó Zeus, su voz estaba cargada de celos y furia contenida.

No lo sé pero ahora los averiguamos— corte el link.

Cuando por fin entro a la sala, Clarisa estaba abrazando a un maldito Beta y no era nadie más que él hermano menos de "mi Beta", gruñí ya que no me gustaba para nada verlos muy juntos.

Ahora que me doy cuenta, y es que el olor de este maldito beta, es el que mi luna tenia el otro día era el de este imbécil, si me molesto velos muy juntitos, me enfureció mucho más pensar que este tarado estaba solo con mi luna en una habitación y lo que aumento mis celos es el hecho de que este hijo de puta la abrazara por la espalda.

Y lo peor fue esa maldita mirada de engreído diciéndome "ella es mía", Imbécil no es tuya, y para rematar el cabrón se fue con mi hermosa luna a su habitación. Aunque intente detenerlos mi linda clarisa me salió fiera y no de las buenas.

— Humm... parece que te toco una que no cae fácilmente antes tus encantos hermanito— dice mi hermana haciendo acto de presencia en la sala.

— Mami, quiero fresas para desayunar— habla mi sobrina, corriendo en su dirección.

— Claro mi dulzura todo lo que mi princesa quiera— dice bajando por la escaleras mi cuñado.

— Creí que ya te habías ido a trabajar mi amor— dijo Alice con Misha en brazos. —si, estaba por irme, pero escuche como la feroz luna de mi cuñado, no le hizo caso y se llevara a su amigo a su habitación.— se comienza a burlar.

Comencé a gruñir aunque no tanto como me gustaría porque esta vez si me mata mi hermana, esto porque mis gruñidos asustan a los niños.

— Bueno, creo que por lo que puedo ver esta manada se volverá más divertida, pff... hahahaha..., lo siento es que no puedo creer que la luna de mi lindo y encantador cuñado no le hiciera caso.— ignore las burlas de Antonio y trato de calmarme antes de que me estalle una vena.

Sali de la sala sin decir nada aunque Alice se dio cuenta de a dónde iba, pero no hizo nada y si fui hasta la habitación de Clarisa. Por más que mis celos se estén apoderando de mi, y con las ganas que tenía de querer entrar para moler a golpes a es imbécil, no puede tuve que contenerme.

La habitación de Clarisa estaba cerrada, no entre por más molesto y celoso que este, solo me quedé afuera, como tenía el oído súper desarrollado al ser un hombre lobo, pude escuchar claramente de lo que estaban hablando.

Niñera MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora