13| A veces no te entiendo

1.4K 116 71
                                    

La cafetería está llena con la mezcla de risas, murmullos y el aroma inconfundible del café

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La cafetería está llena con la mezcla de risas, murmullos y el aroma inconfundible del café. Emmy y yo estamos sentados en una esquina acogedora, rodeados por la luz tenue de las lámparas colgantes. Tomo un sorbo de mi capuchino mientras Emma hojea el menú.

—¿Sabes qué? Siempre quise probar otro tipo de sabores. ¿Ya probaste algún otro que no sea cappuccino? —pregunta ella.

—Si traté, pero el cappuccino es de lo mejor —respondo, sonriendo.

Emma ríe, y el sonido llena la pequeña mesa.

—Entonces, capuchino es tu favorito por sobre todos, ¿no?

Asiento mientras le doy otro sorbo a mi café.

—Síp. Es mi dosis diaria de tranquilidad y cafeína.

Mientras disfrutamos de nuestras bebidas ella finalmente se decide por no pedir nada, lo cual admito se me hace algo raro. Seguimos charlando y desviando la conversación hacia diferentes temas, desde películas hasta varias de las cosas más estúpidas que hemos hecho.

—¿Te gusta alguna película? O sea, me refiero a si tienes alguna favorita —dice, mirándome con interés—. La mía es Red, White and Royal Blue.

—En realidad hay una, es serie de ciencia ficción. Viajes en el tiempo, mundos paralelos, todo ese rollo. Es un escape de la realidad.

Ella asiente entusiasmada.

—Debe ser divertida. ¿Cómo se llama?

—A través del espacio.

—¿Y música? ¿Algo que siempre escuches?

—Me gusta el Trap, Eminem y cosas así. ¿Y a ti?

—Siendo sincera no tengo un gusto especifico, escucho lo que me gusta y lo que no... pues no.

Asiento sonriente.

La conversación fluye suavemente, y pronto estamos intercambiando anécdotas sobre momentos divertidos y bastante vergonzosos.

—Recuerdo una vez que intenté impresionar a mis amigos con un truco de skate y terminé en el suelo. No fue mi mejor momento —comparto riendo ante el recuerdo y ella hace lo mismo. Que linda risa.

—Supongo que nadie se salva. Una vez intenté hacer pastelitos para impresionar a mi familia y terminó más cerca de un ladrillo que de algo comestible.

Ambos reímos, compartiendo nuestras experiencias menos glamorosas.

—Y... ¿Alguna otra cosa emocionante que haya ocurrido últimamente? —pregunta ella con una mirada juguetona.

—Bueno, aparte de enfrentarme a las preguntas de mi hermana sobre supuestas novias secretas, hoy ha sido bastante tranquilo —respondo con una sonrisa.

Qué Asco El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora