14| Encerrada con un imbécil

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Al día siguiente entro al aula hablando con Liam y Alex mientras Marco y Javier vienen detrás nuestro

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Al día siguiente entro al aula hablando con Liam y Alex mientras Marco y Javier vienen detrás nuestro. En el aula el bullicio y las charlas de mis compañeros son audibles por todos los pasillos de la preparatoria. Todos hablan de lo que esperan ver, las obras que les gustaría analizar y la anticipación por pasar un día fuera del aula compartiendo con sus amigos.

Mientras me acerco a mi pupitre y dejo mi mochila allí, la profesora empieza a asignar parejas. Mi vista se desvía hacia Emma durante unos segundos, quien está hablando con Nathan.

Vuelvo mi atención momentáneamente a la charla de mis amigos, intentando no pensar en la posibilidad de tener que trabajar con cierta persona en específico.

Pero la inevitable realidad se presenta cuando mi nombre se pronuncia, y con una mezcla de resignación y curiosidad, me giro para ver con quién me emparejarán.

—Luka, estarás trabajando con... —la profesora hace una pausa mientras busca en su planilla el otro nombre—. Emma. Tienen las mejores calificaciones, estoy segura de que su trabajo será excelente.

Mis ojos se encuentran con el verde de los suyos, quien verdaderamente se ve disgustada con la situación, pero no emite queja.

La mayoría de los trabajos casi siempre lo hacemos juntos, según los profesores para que no se aprovechen de nosotros. Un asco.

La profesora continúa explicando las instrucciones del informe, pero mi mente está ocupada con la idea de tener que trabajar con ella.

La ironía de la situación no se pierde en mí. Las mejores calificaciones no siempre significan la mejor colaboración. Intento no mostrar mi frustración mientras Emma sonríe falsamente y asiente con la cabeza.

Noto como Nathan le susurra algo al oído y ella hace una cara de fastidio, así continúan murmurando y riendo de no sé qué.

—Impresionante como te persigue la mala suerte—bromea Liam mientras me da pequeñas palmadas en la espalda.

—Siempre los ponen juntos, yo también quiero aprobar ¿sabes?, no me molestaría quedar contigo en algún trabajo —dice Alex, apoyando el codo en su pupitre y recostando la cabeza sobre su mano.

Ruedo los ojos y niego con la cabeza mientras escucho los comentarios de mis amigos.

—Ya sé que me extrañan, pero no es para tanto.

Entonces siento un empujón en mi cabeza por parte de Liam.

—No te creas, hay chicos más lindos —bromea él.

—Pff. ¿Más lindos que yo?

—Ay. No sé, mi vida.

—Bueno basta —interrumpe Alex, riendo—. Si siguen así, de verdad me voy a tragar el cuento de que son gays.

Qué Asco El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora