12| ¿Cuándo comenzaron a brillar así?

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Se desmorona, realmente lo hace

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Se desmorona, realmente lo hace. Empieza a llorar frente a mí, ocultando el rostro entre sus manos. Y es la primera vez que lo veo así, tan mal, tan triste, tan... destrozado. Y la verdad es que ni siquiera sé qué hacer. Nunca me ha tocado consolar a alguien, generalmente es al revés.

—Luka... ¿qué pasó?

Nunca creí que diría esto.

Pero prefiero tenerlo molestando que viéndolo llorar.

Levanta la cabeza, sus ojos enrojecidos se encuentran con los míos. Trata de hablar entre sollozos, pero solo le salen susurros.

—Yo... Yo ya estoy harto de todo... Quiero verlo muerto, lejos de mi madre, de mí, de mi familia.

Trato de encontrar las palabras adecuadas mientras siento una extraña mezcla de compasión y desesperación. Pero, ¿de quién habla? ¿A quién quiere ver muerto?

—Pero... no entiendo... Para que estés así debió ser algo horrible.

—Es que... papá, bueno, él me amenazó. Dice que está harto. Harto de que siempre arruine todo, de que la cague, de que sea una maldita decepción. Siempre espera que sea perfecto, en todo. Y no sabes lo terriblemente frustrante que es eso.

—¿A qué te refieres cuando dices que te amenazó?

—Mamá está enferma, y él siempre la maltrata. Dijo que si no dejaba "los juegos" le cortaría el suministro de oxígeno...

Y sin más, vuelve a romperse. Otra vez llora, pero esta vez se recuesta en mi hombro. Me sorprendo un poco, pero lentamente paso mi brazo por detrás suyo para poder abrazarlo, quizás transmitirle un poco de calidez.

Desde que me llamó con la voz quebrada supe que algo no estaba bien, pero no creí que fuera así de malo.

Llora desconsoladamente, y su cuerpo tiembla en mis brazos. Intento ser fuerte, pero no sé cómo lidiar con esto. Siento la responsabilidad de apoyarlo, pero las palabras se me atascan en la garganta.

Mamá está enferma, repito esas palabras en mi mente una y otra vez, tratando de comprender la magnitud de su sufrimiento. Mi corazón late rápido, y apenas puedo procesar la idea de que su padre podría hacerle algo así.

—Luka, no estás solo en esto. Vamos a buscar ayuda, a hablar con alguien de confianza. No permitiremos que te lastimen ni a ti ni a tu madre. Estoy aquí para apoyarte, aunque no tenga todas las respuestas.

—No podemos... Él se enojaría conmigo. ¿Crees que allá en casa no traté de pedir ayuda? Que no viva diciendo las cosas horribles que me pasan no significa que no ocurran —responde y lentamente corta el abrazo.

—En serio, no tengo ni idea de lo que estás pasando, pero no puedes dejar que esto siga así. Podemos hablar con un profesional, alguien que sepa cómo manejar estas situaciones.

Qué Asco El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora