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Isabella durmió inquieta, su mente estaba reviviendo los eventos de la noche constantemente. Los sueños se mezclaban con imágenes de Victoria desconsolada y Luna gritandole. Realmente ella sentía que Victoria no merecía eso. Su corazón seguía pensando en Victoria pero su mente no se lo permitía, ella sabía que tenía que pensar algo más cuerdo. No podía entrometerse en la relación de la cantante ni mucho menos confesarle sus sentimientos ahora. Ella estaba segura que esos sentimientos no eran mutuos. Ella realmente se sentía una estupida. Despertó con un nudo en el estómago, enfrentándose a la realidad de un nuevo día lleno de incertidumbre. Comenzó a llorar levemente soltando algún que otro sollozo. En un solo día había destruido una pareja. No lo podía creer.

Decidió tomarse un momento antes de revisar su teléfono y enfrentar las posibles consecuencias de la noche anterior. Se levantó de su cama y se dirigió hacia el baño. Se desvistió frente al espejo, abrió el agua caliente y se metió en la pequeña bañadera que contenía su habitación. A penas se sentó en el agua, su cuerpo se estremeció por el cambio de temperatura. Cuando su cuerpo estaba por completo en el agua, ella comenzó a llorar. Siempre encontró un sentimiento de descarga cuando lloraba, nunca lo vió como algo malo, lo sentía como una forma de comunicar lo que su mente procesaba. Cuando comenzó a calmarse se comenzó a aplicar el shampoo en sus raices. Se enjuagó el shampoo y se aplicó un acondicionador mientras cepillaba sus rizos. Cuando se bañaba se sentía completamente bien, era como una terapia de relajacion.

Salió lentamente de la bañadera, dispuesta a enfrentar el día con la poca fuerza que le quedaba. Al revisar su celular, se encontró con mensajes de Julia, expresándole apoyo y recordándole que debía cuidarse a sí misma. Lo que ella amaba a a su mejor amiga no tenía nombre, era su hermana de otra madre.

Isabella respondió agradecida y se dispuso a arreglarse para el desayuno con sus amigas. Se puso un vestido blanco cómodo, este tenía un pequeño escote no muy pronunciado y una falda un poco corta. La tela era suelta pero le quedaba pegada al cuerpo, ese vestido realmente resaltaba su gran figura. Mientras se vestía, reflexionaba sobre la complejidad de las relaciones humanas y cómo, sin quererlo, se había convertido en una pieza clave en el conflicto entre Victoria y Luna.

Se hizo un rodete con algunos mechones de cabellos sueltos y se puso unos aretes pequeños. Todo su outfit resaltaba su simpleza y los sentimientos que ella estaba sintiendo. Ella quería estar cómoda.

Tomó sus cosas, las amigas habían arreglado verse en un café que quedara cerca de la casa de Isabella así ella no se tenía que mover tanto ya que todas sabían que ella estaba cansada. Isabella tenía que contarle todo a ellas, pero no sabía cómo. Ninguna de ellas sabía algo de lo que había pasado la noche anterior.

Al llegar al lugar del desayuno, encontró a Julia y las demás amigas esperándola con entusiasmo. Sin embargo, la mirada de Julia denotaba preocupación, sabiendo que la rizada llevaba consigo la carga emocional de la noche anterior. Ahí es cuando comenzó la lluvia de preguntas. Julia quería una explicación de lo que había pasado la noche anterior, ya que se la debía, y las demás querían saber porque ella tenía esa cara. Todas la conocían en profundidad y sabían que ella no estaba bien.

- ¿Cómo te sientes, Isa? - preguntó Julia, mirándola con comprensión.

- Confundida. Anoche fue... complicado. - respondió Isabella, buscando las palabras adecuadas para describir la mezcla de emociones que la embargaba.

Durante el desayuno, entre risas y recuerdos de la graduación, Isabella trató de apartar momentáneamente los pensamientos tumultuosos. Sin embargo, la conversación inevitablemente giró hacia la situación entre Victoria y Luna.

- ¿Qué piensas hacer, Isa? - preguntó una de las amigas, buscando detalles sobre el drama que se había desatado.

- No lo sé. No quiero interferir más de lo que ya lo hice. - admitió Isabella, jugueteando con la comida en su plato.

Lo que pudo ser - Young MikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora