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𝙅𝙪𝙡𝙞𝙚𝙩𝙩𝙚 𝘽𝙖𝙪𝙚𝙧.

Pasaban las horas, de repente eran días y se transformó en meses. Meses en los que estaba encerrada, meses dónde me maltrataban sin parar y dónde habían momentos dónde no me alimentaban.

¿Este es mi pago por querer ser feliz?

Habían veces dónde yo no quería aguantar más esto y pensaba en acabar con todo, pero no me rendiría así de fácil. Intenté escapar incontables veces pero siempre fracasaba y es donde volvían a golpearme.

Me han llegado a fracturar y romper algún que otro hueso, ellos mismos me curaban y no me quedaba otra que bancarmela.

Todo se había nublado desde aquel día donde el maldito psicópata me había secuestrado, a día de hoy no entiendo el porqué de sus acciones. Por las noches venía a darme una pastilla, sé bien que era para olvidar alguna que otra cosa y luego intentaba inventarme historias, dónde éramos una familia feliz.

Pero ni con una pastilla podría olvidar al hombre que amo, Tom.

Día y noche me la paso pensando en él, en los chicos y si es que me están buscando o no. Intenté darle señales llorando, según Tom cuando yo lloraba, el cielo lloraba junto a mi.

─Come.─uno de los hombres me tiró el plato con comida y yo lo quedé mirando mal.─ ¿Qué? Agradece que te alimentamos, maldita estúpida.

─Tu vieja.

─¿Qué dijiste de mi mami?─se acercó a mí apretando los puños y yo me quedé intacta, si algo aprendí con ellos es nunca tener miedo.

─Déjala.─Harry lo corrió y se agachó hasta quedar a mi altura.─ ¿Le dijiste algo al noviecito se cuarta que tienes, Juliette?

─¿Y cómo quieres que me comunique con él? ¡Si me tienes encerrada como una puta prisionera!─grité y sentí un golpe sobre mi mejilla, cerré los ojos fuertemente y lo ví marcharse.

Me recosté nuevamente sobre el piso, observando cada rincón del lugar y viendo alguna escapatoria, lo bueno es que no me tenían con cadenas y podía moverme libremente por algunos lugares. Aunque siempre me vigilan y es más, pusieron cámaras en todos lados para verme haciendo hasta lo más mínimo.

Es el peor cumpleaños de mi vida.




[.....]


─Levántate, mi reina.─abrí mis ojos levemente al sentir unas caricias en mi cara, que levemente iban bajando hasta mis pechos.

─¡¿Qué haces, Harry?!─lo empujé y mi respiración se volvió agitada.─¡Aléjate!─empecé a patalear al ver cómo se acercaba a mi.

─No te haré nada, Juliette.─se alejó bruscamente de mí y se acercó a sus amigos quienes estaban ahí.

Estaba luchando con todo para no llorar, porque empezarían a insultarme y menospreciarme. Me perdí en mis pensamientos y no me di cuenta que ya no estaban ahí, aproveché para calmarme y pensar algo cuánto antes.

Había pasado media hora, en todo ese tiempo solo pensé en una salida para irme por fin de aquí y volver a ser feliz.

Yo sí creo en la felicidad.

Me levanté con cuidado del piso, mi cuerpo dolía y estaba lleno de moretones por la gran mayoría de mi cuerpo.

Caminé hacia le entrada de esa habitación y no había nadie, así que fui lentamente y sin hacer ruido.

Fui en dirección hacia donde escuchaba voces, risas y ruidos de botellas. Me acerqué sigilosamente y me puse en el marco de la puerta.

─Entonces ¿Haremos eso hoy?─preguntó uno de los hombres, creo que su nombre era Emma.

─Así es.─contestò Harry, sacando un cigarro lo cual era raro de él.─ le daremos su regalo de cumpleaños y no se lo olvidará jamás.

En ese momento pensé en todo lo que me podían llegar a hacer, desde golpearme todos juntos a... No, no creo que hagan lo que pienso.

─En una hora nos reuniremos y la llevaremos hacia donde charlamos.─todos asintieron y siguieron riendo.

Me fui de ahí, volví a donde estaba anteriormente y me acosté en mi ¿Colchón? En realidad, en el piso.

Cerré los ojos, me abracé a mí misma y traté de recordar la cara de Tom, como cada noche. Tenía miedo de olvidarme de él, de Bill, de Neithan...

Mi cuerpo y alma estaban en ese lugar tan horrible y oscuro. Pero mi mente estaba en todos aquellos recuerdos junto a la gente que amo, mi familia.

Sonreí al recordar cuando a Bill se le notaban los huevos, pero él quería ser una diva como yo y eso está perfecto.

También recuerdo cuando me pelee con una chiruza por Tom, bueno, varias chiruzas.

Pero había un recuerdo más lindo aún, cuando Neithan me dijo mamá por primera vez.

[....]

─Despierta, bonita.─de nuevo sentí sus caricias en mi mejilla y me exalté, me empezaba a dar asco.─ feliz cumpleaños, hermosa.─me dió un ramo y una caja de chocolates, lo quedé mirando raro y no lo acepté.

─Gracias, eres una persona de mierda.─le sonreí incrédula y dejé las cosas a un lado, sin prestarle atención.

─Eres una desagradecida.─me tiró un vaso con agua que estaba allí. Me quedé callada, no podía hacer más nada que guardar silencio.

─Ya es la hora, jefe.

─Bien.─se levantó y me tomó por el brazo bruscamente, haciendo que me levante.─ ahora recibirás un mejor regalo.

Me puso una campera que me llegaba hasta las rodillas, agarró nuevamente mi brazo y me llevó hacia afuera, atrás estaban sus amigos quienes me vigilaban.

No les voy a mentir, no sé hace cuánto no veo la luz del sol, hace cuánto no siento ese aire libre, esa brisa, esa tranquilidad.

Al salir, no podía abrir mis ojos y sentía mi cuerpo doler bastante. Me metieron en el auto, todavía no se habían subido, así que aproveché el momento.

Me fijé en que ninguno venga para acá, con muchos nervios y poca fuerza en el cuerpo, abrí la puerta del auto y sali corriendo.

Corrí como jamás lo hice, esto se trataba de seguir o no con vida, esto se trataba de seguir hundiendome en la tristeza o salir de allí y volver a ser feliz.

Esto se trataba de mi.

𝘼𝙙𝙞𝙘𝙘𝙩𝙞𝙤𝙣 𝙋𝙩𝟮; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora