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Me di vuelta y como pensé, no había nada. No es que me había asustado ni nada, no soy cobarde.

─¿Qué pasa Bill? No hay nada.─miré nuevamente para confirmar.

─No, Tom... Yo juro que...─me acerqué a él y puse mi mano en su hombro, para hacerlo sentir seguro.

─Termina la oración, joder.─dije ya algo desesperado, seguía con el efecto de lo que sabe quién fumé.

─Yo juro que la vi.─dijo firme y seguro. Lo miré seriamente, porque no hablábamos de ella y menos en broma.

─No jodas con eso, Bill..─suspiré y agaché mi mirada, aunque se me vino a la mente la chica anterior que había visto.

─No es broma, Tom.─me miró igual; serio.

─No pudo haber sido Juliette, nadie sabe dónde está.

─¿Esa es la chica que desapareció, verdad?─nuestra mirada fue hacia aquel chico que estaba fumando en una esquina del lugar, con un pie en la pared y su mirada posada en nosotros de manera fría.─ dicen que era una puta y por eso la secuestraron.

─No vuelvas a decir eso.─lo acorralé contra la pared de manera agresiva, mis ojos reflejaban furia y mi cuerpo moría por empezar una gran pelea con él.─ jamás ¿oíste?

─¿Acaso crees que soy el único que piensa eso? Pregúntale a cualquiera y verás como te dicen lo mismo.

Y fue peor que diga eso ¿Quieren saber cómo terminó? Pff, fácil.

Él en el hospital y yo preso, pero no me arrepiento de nada.


[...]


─Kaulitz.─alcé mi mirada, estaba lleno de ojeras y seguro arruinadisimo.─ puedes irte.─me levanté y pasé por el lado del policía, chocandole el hombro. De un movimiento rápido me acorraló contra la pared, dejando mi pecho contra esta y mis manos en la espalda.─ voy a hacer de cuenta como si no pasó nada, pero la próxima aparecerás en la morgue.─me soltó bruscamente y me largué de ahí.

Me encontraba hablando con Bill sobre lo de anoche, él estaba manejando hacía casa y se veía algo triste. Mi gemelo nunca está así y puedo decir que tiene razón, era ella.

─Hoy volveremos.─dije sin rodeos.─ vamos a ver si la encontramos, quiero saber si es ella.─asintió seriamente.

Ya habíamos llegado, subí rápidamente a mi habitación y me acosté. Cerré mis ojos con la intención de dormirme, pero la voz de Bill me interrumpió.

─¿Vas a acostarte así de sucio?─lo miré con obviedad y suspiró pesadamente, aquí venía...─ ¡Eres un asqueroso, Kaulitz! ¡Me da asco llevar el mismo apellido de un cochino! ¡Estuviste con esa ropa todo el día!

Hice oídos sordos, me levanté y me fui al baño, a cagar claramente. Escuchando nuevamente los gritos de Bill, que se encontraba del otro lado de la puerta.

─¡Ni cagar tranquilo puedo ahora! ¡¡YA ME VOY A BAÑAR BILL!! ¡CÁLLATE DE UNA VEZ!─no había terminado de cagar, medio que había quedado ahí y tuve que abrir la ducha para que se calle.

Me senté de nuevo en el hinodoro y le seguí haciendo una carta al presidente.

Luego de unos cinco minutos, me metí a la ducha y me bañé rápidamente. Salí y me puse la bata que estaba para lavar, me había olvidado de traer una.

Me fui a mi habitación, tirandome y disfrutando de mi hermosa cama. Di como diez vueltas, extrañaba dormir cómodo y sentirme de esta manera.

Cerré mis ojos y traté de concentrarme en algo para poderme y dormir.

𝘼𝙙𝙞𝙘𝙘𝙩𝙞𝙤𝙣 𝙋𝙩𝟮; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora