02

179 37 9
                                    

Cada día en la mañana se había acostumbrado a ver su cabellera castaña, su presencia irradiaba luz, verlo era majestuoso.

Minho agradecía que Changbin se encontrara solo, porque no estaba seguro de si podría hablarle estando acompañado de sus amigos.

Esperó a que llegase a su casillero para aproximarse, y antes de hablar tomó aire profundamente para prepararse.

—Eh... Hola —musitó con timidez, tan bajito que creyó que no había sido escuchado, pero los pasillos no estaban infestados de estudiantes, por lo que, todo estaba tan silencioso que ese sutil susurro fue capaz de ser escuchado.

Changbin se volteó y lo miró, y definitivamente Minho sintió que el aire le faltaba, creyó que se quedaría mudo de los nervios.

—Hola —respondió Changbin con una expresión de curiosidad.

Sin embargo, esa expresión pasó a segundo plano, pues confusión fue la que se reflejó en su rostro al esperar una respuesta del chico frente a él, que simplemente se le quedó viendo como si estuviera viendo algo aterrador.

¿Acaso era tan feo? Changbin sabía que no tenía la mejor cara, muchos le habían dicho que no era nada atractivo, pero pese a eso se tenía un poco de amor propio para saber que al menos no era del todo feo.

—¿Hola? —dijo Changbin, tocando con cuidado el brazo de Minho.

Sentir el toque del chico de tus sueños era lo más soñado para Minho, pero era tanto que no lo soportó, sus piernas no aguantaron y cayó al suelo.

Qué vergüenza, tierra trágame, pensó Minho sintiendo su cara arder.

—Hey, ¿estás bien? —volvió a hablar Changbin, ayudando a Minho a ponerse de pie.

—Toma esto —dijo Minho, dejándole aquel paquete en la mano de Changbin para después salir corriendo como si el diablo lo persiguiera.

Changbin quedó atónito con lo sucedido, pensando en que ese chico era muy extraño, pero lindo. Luego sintió algo en sus manos, por lo que, abrió su puño y vio aquellas pastillas de mentas.

Eran sus favoritas.

Pero, ¿cómo lo supo? Muy pocas personas conocían sus gustos, estaba su familia y sus amigos, entonces, ¿cómo ese muchacho supo que eran sus mentas favoritas? ¿O fue simple coincidencia?

Aquellas pastillas significaban mucho para Changbin por una razón muy especial. Además, eran difíciles de conseguir, pues no las vendían en todas las tiendas, la única y más cercana estaba a las afueras de la ciudad, pero aun así era agotador ir a comprarlas. Debido a esas razones, Changbin había dejado de consumirlas, aunque muy en el fondo no lo quisiera así.

Recibir aquel paquete sacudió un fuerte sentimiento en su corazón y sin duda mejoró su estado de ánimo.

No lo entendió por completo, pero no pudo evitar que una fugaz y melancólica sonrisa se mostrase en su cara.

No lo entendió por completo, pero no pudo evitar que una fugaz y melancólica sonrisa se mostrase en su cara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pastillas de menta ✧ MinBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora