Lavandas Y Rosas (the hunger games)

8. un futuro juntos

Sejanus me ayuda a bajar mi maleta del tren y busco mi habitación.

El jefe de los agentes de la Paz guían a Sejanus y el resto pero nadie me guia a mí.

Una vez que encuentro la habitación saco todo de la maleta y decoro un poco la habitación para sentirme como en casa. Por desgracia, no tengo tiempo para leer el diario... Debo ir con el resto de agentes para presentarme y preparar todo para mañana, ahí todo el distrito 12 me conocerá.

El uniforme de los agentes de la Paz son blancos y el mío también pero con algunos detalles distintos.

—¡FIRMES! —Grita el jefe —ella es Nia, la nueva alcaldesa del distrito 12.

Hace silencio para que yo hable pero no sé que decir.

—un placer conoceros a todos, sé que soy joven pero también soy inteligente, soy la alcaldesa de éste distrito elegida por la Dr Gaul así que espero recibir y dar respeto y compañerismo a cada uno de vosotros. Sólo por que mañana será un día ajetreado y hoy muchos de vosotros habéis hecho un largo viaje, tenéis el día libre. Gracias.

Todos se alejan menos dos de la última fila y me acerco a ellos.

Veo a Sejanus y a.... ¿Coriolanus?

Corro y le abrazo tan fuerte que casi caemos al suelo.

—¿¡Te has rapado!? Te ves raro.

—lo sé —dice sonriendo.

—¿hacemos algo los tres? Hay que celebrar el reencuentro —dice Sejanus —he oído que hay un lago a las afueras del distrito.

Tras caminar un buen rato no encontramos ningún lago pero sí unos arbustos bastante altos.

Sejanus y Coriolanus no quieren atravesarlos pero yo sí, separo las hojas y veo un campo lleno de lavandas.

—es hermoso —susurro.

Nos sentamos entre las lavandas y Coriolanus me pasa un brazo por mi hombro atrayéndome a él.

—esta noche el resto de agentes de la Paz irán a una taberna... es bastante famosa en el distrito —dice Coriolanus.

—yo me debo preparar para mañana —les informo —id vosotros, seguro que será divertido.

Coriolanus no parece muy convencido pero no insiste.

Sejanus se aleja para investigar.

—me dió el diario... —digo para romper el silencio —aún no lo he empezado.

Coriolanus está concentrado juntando algunas lavandas y me las da.

—sé que son tus favoritas.

—gracias —le sonrío y Sejanus vuelve.

—hay unos intentando escapar del distrito, ¿presidenta que hacemos?

—llevame a ellos.

Buscamos por todo el bosque hasta encontrar unas huellas.

—se han ido.

[...]

Cuando llego a mi habitación dejo las lavandas en un tarro y sigo leyendo el diario.

Escribo esto por que no soy capaz de decirlo en persona.
Escribo esto por que no te volveré a ver.
Escribo esto para que sepas lo que siento.

Tardé unas tres horas en leer todo, solo había medio diario escrito y terminaba con una frase hermosa.

El resto de diario es para que escribas tú, para que escribas des de tu perspectiva, para que escribas lo que quieras y por si algún día nos reencontramos para que podamos escribir un futuro juntos.