XV

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¿Cómo la encontraría?

Dirigía en alta velocidad por las calles de la ciudad intentando no enloquecer con tantas informaciones a ser organizadas en la cabeza. Necesitaba encontrarla, pero donde, que yo haría, por donde comenzaría?

-- ¿Valeria? -- preguntó Patrick al verme adentrar su apartamento hecho un huracán. -- Llevé un susto cuando dijeron que estabas aquí -- dijo observándome de manera curiosa mientras yo ya paraba en medio de su sala.

-- Mira, estoy con prisa, necesitaba hablar contigo -- intenté controlar mi tono, allí yo no era su superior, necesitaba de él.

-- ¿Puedes decirme, en que puedo ayudarte? -- su curiosidad parecía exhalar por los poros.

-- Te acuerdas de que hace algunos días estuvo una... – hesité -- Yuri, la chica ojimarron del rancho, estuvo en la empresa buscando por mí?

-- Sí -- dijo él. -- Supe que los guardias tuvieron que sacarla de tu sala, ¿Qué pasó?

Sentí un cuchillo entrando sin piedad dentro de mí, cerré los ojos e intenté controlar mí angustia.

-- Quiero que me diga si... Si sabes algo sobre dónde encontrarla y... -- no sabía al cierto que decir, estaba nerviosa, ansiosa e impaciente.

-- Bueno, conversamos un tiempito antes de llevarla a tu sala. Ella dijo que no trabajaba más en el rancho y que estaba viviendo en la ciudad ahora y...

-- ¿Y qué? -- pregunté sin controlar más mi tono de voz petulante.

-- ¡Hey, espera! -- entonces corrió para el interior del apartamento, extrañamente animado.

Yo torcía mis dedos de las manos, nerviosa, caminando de un lado a otro en la pequeña sala. "¡Dios, ayúdame a encontrarla".

-- Aquí, sabía que ella me había dejado algo -- dijo con una sonrisa. -- ¿Sabes que yo la encuentro muy guapa, no? Entonces, como ella dijo que tiene una clínica veterinaria, inventé que tengo un gato. Ella me dio su tarjeta por si yo...

Con una sonrisa impaciente, intenté no demostrar lo cuánto aquellas palabras idiotas de él me irritaron, mientras tomaba la tarjeta de su mano como un felino coge la presa.

Él me miró impresionado, sin embargo, nada comentó.

-- ¡Gracias, Patrick! -- dije ya corriendo para la puerta.

-- ¿Pero... ocurrió algo? Ella hizo alguna cosa que no debería, yo...

-- No --hablé ahora encarándolo. -- Fui yo quien lo hizo.

****

Tardé en encontrar la calle de la dirección que estaba impreso en la tarjeta de Yuri. Había circulado por el barrio por un largo tiempo. En verdad, no estaba muy ansiosa en encontrar la calle, yo quería un tiempo, necesitaba de un tiempo.

"¿Que le diré a ella?"

El miedo que yo sentía era palpable.

Después de pasar por la décima o décima primera vez frente a una pequeña, sin embargo elegante casa verde con detalles en blanco, rodeada por edificios, finalmente me decidí. La casa baja entre los edificios daba la impresión de que estaba exprimido entre ellos. Pero el lugar parecía tranquilo.

La placa grande con un outdoor del nombre de la clínica: Bichos. Mejores amigos.

Suspiré algunas veces y bajé del coche.

Oí mis tacones golpear contra la acera hasta alcanzar los dos escalones de madera de la escalera.

Al empujar levemente la puerta de vidrio, un fuerte olor de cachorro mojado me alcanzó en lleno. Instintivamente llevé una mano a la nariz.

Un Amor por Encargo - YuleriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora