Más tarde paseamos en los parques de la ciudad llevando con nosotros a Omaira, que no se cansaba de comparar el horror de la ciudad grande con la paz y tranquilidad del rancho. Reímos mucho y nos divertimos. Sin embargo, la conversación de aquella mañana a todo instante invadía mi cabeza y robaba mis pensamientos.
Omaira se fue el domingo, y en aquella noche, amé a Yuri por tantas horas, que creí que jamás conseguiría parar. Estaba animada.
-- Caramba -- bromeó Yuri durante la madrugada, cuando la agarré por la cintura y la arrojé contra el nido de almohadas y sábanas que se había hecho la cama, montando sobre ella enseguida. -- ¿Qué te tomaste, mujer?
El lunes, salí de casa antes que ella. Fue difícil dejar de admirar aquella linda ojimarron allí, durmiendo desnuda con los cabellos esparcidos por el rostro blanco salpicado de pecas. Estaba en la puerta y resistía en dejarla. Pero necesitaba ir.
Resignada suspiré y salí, no sin antes dejar el desayuno preparado en una bandeja en la mesita de cabecera, con una nota.
"No me esperes, amor, vuelvo a la noche. Te amo."
Pasé la tarde con mis abogados y ya anochecía cuando estacioné frente a su edificio. Sin embargo, al abrir la puerta fui sobresaltada por la visión que tuve:
-- Papá.
Quedé estancada con la escena de los dos.
Él gritaba con Yuri, que gritaba con él.
Corrí para el lado de Yuri, y ella instintivamente se colocó delante de mí:
-- ¡Sal de mi casa! Como puedes ver, su hija está muy bien aquí, muy bien cuidada -- era insolente.
-- ¡Aberración del infierno! -- gritó él, su rostro estaba rojo.
Entonces se volvió para mí.
-- Vas a matarme de esa manera, Valeria.
Si su tono de rostro quedara peor, tenía certeza de que él realmente moriría.
-- Papá, por favor, cálmate -- pedí intentando apaciguar la situación.
-- Voy a quedar tranquilo cuando vuelvas para tu apartamento, a tu trabajo, y desistir de esa locura.
-- Ya hablamos sobre eso, papá.
-- Ésta tarde mi abogado me trajo esto -- él me mostró algunos papeles en sus manos. --¿Sabes lo que es esto?
-- Documentos conteniendo todos los bienes que tú estás perdiendo estando conmigo -- dijo Yuri con una tranquilidad absurda. -- Él vino a mostrarme eso.
-- Tu golpe no va a salir bien, oportunista. Ella no tiene más nada. Ni un empleo tiene.
-- Papá.
-- Está equivocado, señor -- dijo ella agarrando mi mano. -- Tiene lo que es mío, y un empleo en mi clínica.
Me sorprendí realmente con lo que Yuri decía, no resistí y sonreí junto con ella al mirarme.
Él rio alto.
-- Tratadora de animales. Ni aquella clínica de quinta es tuya. Ni esta espelunca es tuya. -- dijo con empatía.
Yuri rodó los ojos como si estuviera teniendo que soportar a un bebé haciendo berrinche. Amaba ese su comportamiento. Su transparencia. Ella debería haber aparecido antes en mi vida.
Mi padre me sacó de mis devaneos cuando extendió los papeles para mí:
-- Firma -- gritó él. -- Firma esto. Tu desprendimiento total de mis empresas y de todo lo que es mío.
No hubo siquiera un minuto de duda u otra cosa. Agarré los papeles, corrí los ojos por ellos y firmé, uno a uno, bajo miradas de admiración y confianza de Yuri, y el sorprendido de mi padre.
-- Ahora vete -- dije devolviendo los papeles.
Él parecía no creer en lo que veía.
-- Vas a arrepentirte, Valeria, no naciste para... -- apuntó el apartamento. -- No naciste para vivir así, hija, no lo ves.
Me aproximé de él y lo miré en los ojos, quería que él leyera mi sinceridad en ellos.
-- Realmente no lo entiendes, ¿No es así papá? -- indagué pausadamente y sin titubear. -- Estoy feliz como jamás fui en toda mi vida -- entonces, me volví para Yuri y nuevamente para él. -- Vivo feliz en cualquier lugar, desde sea... si tengo a Yuri de mi lado.
Él parecía inflar, y esperé otro grito. Pero entonces, se vació y me lanzó una última mirada antes de dejar la sala.
Pude sentir una puntada de dolor por la forma con la cual vi mi padre dejar el apartamento. Parecía haber envejecido diez años en un segundo.
Yuri se aproximó y me abrazó con delicadeza.
-- Te amo, Valeria, prometo hacerte feliz, yo...
No la dejé completar la frase, abracé su cuerpo con tanta intensidad y angustia, que temí haberla lastimado.
-- Jamás viviría sin ti Yuri, jamás -- dije antes de tomar sus labios entre los míos.
°°°
Les voy a subir este último capítulo por hoy y ya mañana les subo los 2 que faltan, así terminamos con esta historia bien👀
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Un Amor por Encargo - Yuleria
FanfictionValeria Ramírez una empresaria adicta al trabajo, que ama tener el control de todo, hasta que su padre la obliga ir a un retiro donde ella conoce una odiosa "campesina" que la hará perder el control. Esta es solo una adaptación, todos los creditos a...