3.

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Al fin llegaron a aquella pequeña casa, que al mismo Law le costó abrir la puerta solo por la idea de saber lo que se encontraría y el peso de su alma se lo impedía, sosteniendo fuerte aquel picaporte de la puerta sin atreverse a dar la vuelta para abrir. Y fue un Luffy contento y impaciente que abrió la puerta y entró gritando.

—WAOOO TORAO, ESTA ES TÚ CASA? WAAAA

Law quedó estático aún agarrando el picaporte con un semblante frío, apenas abrir la puerta se podían ver unos calzoncillos tirados en el piso a lo lejos, y supo que esté era el castigo de la vida contra él.

Luffy recorrió cada lugar, y se escucharon a los lejos cosas romperse, y Law tuvo que apretar fuerte su entrecejo antes de ingresar al lugar. Si antes tenía bastante que limpiar, luego de aquella visita de su amigo, las cosas se multiplicarían. Entró quitándose la bata y colgandola, dejando el maletín en el suelo hasta que empezó a escuchar silencio y su rostro se puso pálido.

Corrió rápidamente a la cocina solamente para ver lo que se esperaba, y era un Luffy con una pata de pollo en una mano y en la otra su caja de cereal, la cual aquel menor abria grande su boca y se tiraba todo aquel contenido para comer.

Con las mejillas llenas acercó la caja hasta Torao.

—Quieres??? Está muy bueno! —Dijo casi inentendiblemente mientras masticaba.

El mayor solo se limitó a respirar profundo y negar, yendo a revisar si aún quedaban cosas en la heladera, y para su buena suerte había una que otra cosa que podría utilizar.

—Mantente quieto Luffy, veré si puedo cocinar algo. —Quejo con una voz algo cansada y calmada, mientras aquel hombre se colocaba un delantal y se lo sujetaba en la cintura.

Agarro varios ingredientes y lo coloco en aquella mesada, agarro aquella cuchilla y empezó a cortar y pelar esas verduras. Casi se le va el cuchillo y corta uno de sus dedos cuando un enorme hombre se poso atrás de él, y solamente apoyo su mano en la mesa al un lado de él.

Mugiwara-ya estaba atrás suyo y veía por su hombro como cocinaba. Esta vez se veía más calmado y menos energético, "quizás también se ha cansado" pensó un Law mientras trataba de evitar pensar que se había puesto nervioso por tal intimidante presencia que permanecía callada.

Luffy permanecía callado y tampoco se había alejado, ninguno de los dos cuerpos se alejaba ni se acercaban al punto de estar juntos, pero el brazo de aquel hombre apoyado en la mesa al lado de Law, daba el aviso que si esté daba un paso hacia atrás, se iba a chocar de espaldas con su compañero.

—¿Te ayudo? —Susurro un Luffy al oído a Law, provocando que esté rápidamente se corriera a un lado por la sorpresa que esa acción le había ocasionado, rayos, le había asustado.

—Aaahg! Mugiwara-ya, no te acerques así a las personas cuando estén cocinando! —Quejo un Law algo perdido, podia sentir aquella oreja caliente por la sorpresa. —Me ayudarías bastante si te quedas quieto en una silla y esperas a que termine de cocinar.

Dijo molesto con un tono amargo y fuerte, sólo recibiendo una risa traviesa de parte de aquel hombre que obedeció y se sentó, metiendo uno de sus dedos en su nariz y sacándose un moco.

Law lo juzgo con la mirada poco más de cinco segundos y respiro profundo para así seguir cocinando, no estaba en la edad para discutir y enseñarle una que otra cosa que aquel hombre ya no entendería.

Torao no noto que cocino bastante en paz todo aquel momento, hasta que dejó las cosas en el fuego y volteo a ver a aquel visitante, y como no... Era la única manera en la cual podía cocinar tranquilo.

Estaba un Luffy dormido con la boca abierta y con un hilo de saliva chorreandole por la boca, si Law prestaba atención, podría jurar que veía esas ZzZzz salir del ajeno.

—No se porque no me sorprende... —Se quejo bajamente mientras suspiraba he iba por una copa de vino.

¡DOCTOR, CUIDEME! ( LuLaw )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora