¡DOCTOR, CUIDEME! ( LuLaw )

5.

Esas palabras tomaron desprevenido a un hombre que le miró extrañado, procesando esas violentas palabras que le hicieron estremecerse y tragar saliva, mantiendo la compostura; no tuvo la oportunidad de crearse escenarios en donde aquel rey de los piratas le follara, ya que atacó con sus palabras.

—¡Luffy, no cruces la raya! Esa no es una opción.—Quejo con mala cara, aunque debía admitir que su corazón latía ferozmente con temor, o curiosidad.

El capitán de los Sombrero de Paja soltó una risa estruendosa, desafiante y llena de energía.

—¡Jajaja! No te enojes tanto, Torao. Era solo una broma! JAJAJAJA —Pataleo en ese asiento, y hizo apretar los dientes de un cirujano que se sentía avergonzado hasta las orejas. Aún así, Law respiró aliviado al escuchar la risa de Luffy, pero aún mantenía la guardia alta.

—Mejor no juegues con eso, Mugiwara. No sabes lo que podría pasar.

Luffy le lanzó una mirada traviesa y, con su característica sonrisa, dijo:

—¡Nunca se sabe, Torao! ¡Quizás un día me den ganas de probar un bocado diferente! —Ese tono de voz demostraba picardía, típico de ese hombre molestar con esas palabras, pero nunca antes habían sido tan traviesas ya que su personalidad no era así.

Law frunció el ceño ante la ocurrencia de Luffy, pero no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa.

—Solo tú podrías pensar en algo así, Mugiwara. Pero te advierto,... Mi carne no es para cualquiera. — Mencionó siguiéndole aquel patético juego absurdo el cual no tenía pensado perder. Luffy se rió con más ganas, mientras la tensión se disipaba en la habitación, dejando lugar a la peculiar forma de provocarse...

La risa de Luffy resonó, llenando el espacio con su energía contagiosa.

—¡Lo tendré en cuenta, Torao! Nunca se sabe cuándo podría apetecerme algo diferente...

Law suspiró, resignado pero entre divertido y exasperado.

—Solo tú podrías convertir una cena en algo tan extraño, Mugiwara-ya. —Dijo por fin levantándose, agarrando los platos para ir a lavarlos junto la mirada clavada de ese hombre en él.

Luffy se puso de pie de un salto, con una amplia sonrisa en el rostro.

— ¡Déjame lavar los platos, Torao! Será mi manera de agradecerte por la deliciosa cena. —Dijo sincero y Law lo miró con incredulidad, pero finalmente aceptó, entregándole los platos. Tampoco iba a insistir en hacerlo él.

— Está bien, pero no rompas nada. No quiero tener que coser mis propios platos. —Luffy río, asintiendo con entusiasmo mientras se ponía a lavar esos trastes.

Law observó a Luffy lavando los platos con una energía inagotable, mientras él mismo se sentía agotado por el día. No esperaba tantas emociones juntas, y mucho menos esa visita inesperada.

— Creo que me retiraré a dormir. Ha sido un día largo en la clínica. —Dijo frotandose la cien, de verdad que ya no daba más.

Luffy levantó la cabeza, sus ojos brillando con determinación.
— ¡Espera, Torao! No puedes irte a dormir solo. ¡Durmamos juntos! —Grito con inocencia y entusiasmo.

En su lugar, Law frunció el ceño, sorprendido por la propuesta inusual de Luffy. Aquel cirujano no era la típica persona la cual le gustará dormir en compañía; nisiquiera recuerda la última vez que compartió cama con otra persona.

— ¿Dormir juntos? ¿Acaso te volviste sentimental de repente? —Dijo irónico observándole. — Hay una cama de invitados en la otra habitación. —Busco que acepte dormir en otra parte, pero esos ojos intensos lo miraban con determinación, logrando poner ligeramente nervioso a aquel hombre mayor que trago duro, de cierta forma se sentía ligeramente intimidado.