17. Palme Urbano.

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¡No sabes una mierda carajito del coño!

¡Un coño!

¡No debiste haber nacido!

Los gritos de mi padre resuenan en mi mente, para él yo era la razón por la que había perdido su juventud, un saco de boxeo, el desahogo de sus frustraciones cuando se emborrachaba, su infelicidad, entre otras muchas mierdas más.

Para mi madre siempre he sido el mejor error que pudo cometer, por eso no dudó en preferir denunciar al hombre que un día amo, la justicia llegaría aunque tarde, porque cuando él antes de tratar de escapar nos dio una paliza y ya el daño estaba hecho.

Esa tarde noche, fueron tantos los golpes que mi madre quedo ciega de un ojo. Misma en la que deje de ser un niño y a la fuerza me convertí en un hombre.

Aunque ese tipo ya no estuviera me juré proteger a mi madre y ayudarle para que mejorara, por eso me salí del colegio, pero eso nunca me quitó las ganas de aprender la calle nunca me definió en cosas como mi dialecto y conocimiento por ejemplo.

Fui el primero en iniciar en las ventas de drogas, sin embargo Miguel mi primo, el hermano de Vicktor termino más involucrado, en un tiempo solo fui un simple dealer mientras él iba en escalada haciendo trabajos sucios.

En un determinado tiempo tuve que meterme también a hacer alguno de ellos para tener dinero extra y lograr sobrevivir, con dieciséis años, había robado, con diecisiete presencie varias muertes a base de torturas, pero nunca había matado a nadie.

Un año después a los dieciocho practique ocultismo para métodos sanatorios y peticiones que favorecieran a la banda como pedir a través de ello la escalada de Miguel hasta su que tomara el liderato de su banda. Vicktor no lo sabe y me aseguraré de que no lo sepa nunca.

La vida no es fácil, si supiéramos realmente lo que puede esconder una sonrisa buscaríamos descifrar lo que está más allá de ese simple gesto. Esas sonrisas eras las que le mostraba a mi mamá.

Escondía mis verdaderos sentimientos, además fingía trabajar muy a las afueras del barrio, mama siempre me creyó aunque en el fondo sé que sabe en qué anduve.

Nunca me he enamorado, no tenía tiempo, me forcé a ni siquiera pensarlo, mamá era la única persona que podría tener por completo mis sentimientos además una mujer no comprendería lo que hacía y si existía era alguna cabeza hueca que cree que ser malandro es algo atractivo.

Quisiera haberme enamorado realmente, pero ya no puedo deshacer el pasado sin embargo al menos mejore y pude cambiar un poco.

Después de irnos a España mi pensamiento seguía siendo el mismo aunque las circunstancias hubieran cambiado, asimismo aquel trato con Ronald me condenaba.

Las cosas pudieron haber sido mejor si hubiera cuidado a quien le vendía.

¿Quién hubiera pensado que Ámbar sería el inicio de esta pesadilla?

Creo que nadie, pero la culpa no fue de ella sino también mía, porque si no hubiera sido por mi error no estuviéramos aquí.

Vicktor ha pasado por tanto y merece en algún momento ser feliz, por eso me ofrecí tantas veces a jugar. También porque en silencio me empecé a encariñar con los chicos, con todos.

Las locuras de Bill, la mirada seria de Eliezer, el fresa de Oliver, la creída de Ivana, Rocci su mirada apagada y su alma guerrera, Valeria con su liderazgo, Adán y sus ganas de proteger a su novia, Mason y Violeta con su seguridad al expresarse, lo inesperado de Ámbar y lo sorpresivo de Antone.

De cada uno me llevaré algo, la verdad no me sentí tan mal aunque el trasfondo de todo sea maléfico, me gusta lo disfuncional, nunca pude tener un espacio "normal" pero aprendí y mucho.

Ahora estoy en el campo con otros 19 participantes. Esposado de pies y manos, los guardias apuntándonos por la espalda, enfrente de nosotros a unos siete metros está el tipo que nos dio las indicaciones a todo lo que sería el juego que ya culmino.

Gustavvo Lima se llama, va vestido con una camisa a cuadros, un jean negro casual y unos zapatos negros, su mirada pasa por todos nosotros como si estuviera detallándonos.

Atrás de él hay una efigie hueca de bronce y en forma de toro colocada encima de un estilo de horno.

— ¡Bienvenidos todos a nuestro nuevo show de hoy! —. Eso lo gritó en portugués pero como no me he quitado los audífonos en ningún momento pude entenderle—. Primero voy a informarles que el equipo que más perdió gente en este juego fue Cavallinos Rampantes de Pierre D' Amico, con un total de cuatro por lo que lo que habrán dieciséis jugadores más que serán eliminados —, creí que se escucharían pasos pero nadie entra—, a ellos los mataremos después de hacerlo con ustedes.

Al decir esto muchos de los que están aquí comienzan a pedir piedad, otro a llorar y algunos a gritar sollozos, por lo que me siento atormentado.

—El iniciado será el chico de Lost —, Grita Gustavvo y trago grueso, no quiero morir tan rápido—, Palme por favor camina hacia mí —, no me niego porque sé que aún me apuntan.

Camino poco a poco hacia mi fin.

Muerte

Muerte

Sin dolor

Muerte

Muerte

Sin dolor

Muerte

Muerte

Con dolor

Muerte

Muerte

Con terror.

Ahora que he llegado a él, la tétrica canción suena de fondo junto con los sollozos, gritos y lloros, esta es una maldita pesadilla.

Me toma por la camiseta, señalándome a un punto específico de la pared de atrás donde hay una cámara grabando todo.

— ¿Últimas palabras? —. Inquiere mirándome a la cara con una maldita sonrisa.

Acumulo saliva, finjo que diré algo y lo escupo en la cara.

— ¡Esas son mis malditas últimas palabras! ¡Pudranse todos lo que organizan esta vaina! —. Al momento de dar este último grito siento la patada en los granos que me ha dado este tipo.

Estoy sin aire, unos guardias vienen hacia para propinarme varios golpes que me tumban instantáneamente, siento varias manos en el cuerpo, me están acercando a la efigie en forma de toro.

Es más grande de lo que parecía, una compuertas se abren dando paso a una camilla de metal como la de una morgue, me dan varios golpes porque he tratado de forcejear y me acuestan en ella.

Poco a poco me meten en el toro de bronce y las compuertas se cierran solas, está completamente oscuro aquí dentro, ahora lo entiendo todo.

Esta es una versión moderna del Toro de Falaris.

Un calor que comienza a abrasarme, se escucha un crujir de madera desde abajo, siento que la temperatura va subiendo poco a poco, empiezo a sudar de manera lenta.

Transpiro más rápido, siento que la sangre me burbujea, cada vez esto se ilumina más, percibo mi cabello quemarse, el olor comienza a llenar mis fosas nasales, la ropa se está deshaciendo, voy quedando desnudo poco a poco.

Mis manos se están calentando, es como si mi piel se desprendiera lentamente, siento una llama en mi espalda, aguanté mucho antes de dar este bramido de desesperación, percibo el goteo de la sangre, el fuego abrasar la piel pura de mi cuerpo.

Quiero gritar pero siento que se quemara mi cuello, mi voz no sale, moverme solo empeora mi situación...

Nota de autor: No me podía quedar sin darles un poco del trasfondo de este personaje que sin duda en otro libro tendría mucha tela que cortar. Además de que quería transmitirles la parte perturbadora y dolorosa de lo que tuvo que pasar.  

Gracias por leerme y no olvides dejar el emoji del corazón negro para saber que me lees. :) 

Lost Souls: El juego de los perdidos.(Editando) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora