A lo largo de la semana, cada día, fallamos en un montón de cosas: nos olvidamos de llamar a ese amigo, nos dan pereza nuestros quehaceres, o perdemos la paciencia con alguien y desvariamos, entre otras cosas. La mayoría de las veces no nos damos cuenta de estas cosas en las que hemos podido fallar, y por eso es bueno hacer un examen de conciencia al final del día.
El examen de conciencia no es más que preguntarse a uno mismo, en presencia de Dios a ser posible, como ha ido nuestro día; es repasar todo lo que hemos hecho bien y mal, y acto seguido pedir perdón con la intención de mejorar al día siguiente. Pero ahí está el punto clave, nos damos cuenta de lo que hemos hecho mal, pero eso no basta.
Nuestro día a día es una lucha contra la pereza, la soberbia, el egoísmo, ... contra el pecado, al que estamos inclinados; y al final del día saber qué es lo que nos ha hecho más daño ayuda, pero no es suficiente, porque si no cambiamos nada será otra vez lo mismo. Hay que poner los medios necesarios para no volver a caer, y día a día ir perfeccionándolos. Así que, al final del día vamos a hacer el examen de conciencia, y cuando pidamos perdón a Dios pensemos en algo que cambiaremos al día siguiente para hacerlo mejor, pidiendo ayuda a Jesús y a la Virgen María.
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Quiero Ser Santo
SpiritualEste es mi granito de arena, un medio para dar a conocer a Dios, transmitiendo la formación que he recibido, a más personas. Y es eso, un medio, porque el fin (el mío, espero que el tuyo también, y el de ojalá todos) es ser Santo. Ojalá a todo el qu...