Isabella

25 2 0
                                    

El camino de regreso a casa fue un completo martirio, mi madre guardaba silencio y miraba hacia el frente sin moverse en lo absoluto

Lo único que puedo hacer para calmar mis nervios es ver por la ventana, en el reflejo del cristal puedo ver el rostro de mi madre y como este va transformándose a medida nos acercamos a casa.

"Esta molesta" apunto sintiendo como mi cuerpo comienza a temblar ante lo que posiblemente ocurriría una vez estemos en casa

Hago un repaso mental de la noche, me comporte como me pidió, salude, sonreí, no me queje (tanto) y no hice nada fuera de lugar o que se pudiera malinterpretar.

"¿Fue por el saludo a Sofía?, ¿Qué pasa contigo Isabella?"

"¿Fue por mi tono de voz?, ¿que hice mal?... señor ¿qué pasa conmigo?"

Mis divagaciones fueron sustituidas por preocupación al ver como mi madre se movía por fin, la veo presionar el botón para subir el cristal que nos separa del conductor. Así Manuel no se daría cuenta de nada.

"Respira"  me recuerda una voz en mi cabeza que suena exactamente como mi padre

El silencio del lugar me permite escuchar mi propia respiración acelerada, todo dentro de este auto me provoca unas enormes arcadas que debo controlar para no ensuciar nada, mi corazón esta acelerándose al punto de sentir un dolor muy familiar en mi pecho. El estado alerta en el que me encuentro me hace percibir cada uno de los movimientos de mi madre acomodándose en el asiento a su lado

—Isabella— me llama con tono neutral sin ninguna demostración de emoción que me indique que tan grande es su enojo

"Es una experta". Trago saliva y me giro para conversar

El golpe llegó antes de que pudiera preparar mi mente

Mi rostro pasó de un momento a otro a estar mirando de nuevo a la ventana. Un sonido en mi oido me hizo abrir los ojos, a pesar que sabia que me había golpeado mi mente buscaba una explicación al dolor.

"Tantos años y aún te sorprende" escucho la voz en mi cabeza.

Trato con todas mis fuerzas reincorporarme y que mi visión borrosa vuelva a la normalidad. Cierro los ojos y me aguanto las ganas de llorar por el golpe, la impotencia y el miedo.

"Aquí no, aquí no... por favor", me trago el llanto y respiro para poder disipar el nudo en mi garganta

—Lo siento— me disculpó sin abrir los ojos— Solo intentaba ser educada— deseaba gritar, por primera vez deseaba gritar y defenderme

"Hazlo"

—¿Educada?— repitió tomando mi mentón con fuerza girando mi rostro hacia ella. Sin más remedio abro mis ojos y me encuentro su mirada feroz— ¿Educada, Isabella?— me repitió apretando mi rostro

Siento mi cuerpo temblar desde la punta de mis pies hasta mi cabeza, estar en un espacio tan reducido empezaba a ser demasiado asfixiante, no puedo soportar la mirada de mi madre.

"Hace unas horas había conocido los ojos mas puros del mundo y ahora estoy viendo la mirada mas malvada del mundo"

"¡Deja de pensar así!" me reprendo

Me concentro de nuevo en la realidad y en los ojos que tengo enfrente, mi madre me ve con desprecio, como pocas veces lo demuestra, mi mandíbula estaba siendo atacada por sus uñas  clavándose en mi piel.

Lucho únicamente por mantener mis lágrimas a raya, no queriendo darle el gusto de saber que aún puede romperme

"Por favor no llores"  trago saliva sin saber si es buena idea responder o dejar que descargue toda su ira

Amor DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora