Las explosiones se acercaban, y el líder, junto con los demás, se veían sorprendidos y alarmados por la llegada de la fuente de ruido. Mientras el temblor aumentaba, una figura se vislumbró entre el polvo y los escombros. Era Katsuki Bakugo, con su rostro enrojecido por la ira y los ojos llenos de determinación.
—¡DEJEN A IZUKU EN PAZ, MALDITOS! — gritó Katsuki, lanzando explosiones a su alrededor para abrirse paso.
El líder del clan, frustrado por la interrupción, ordenó a sus subordinados que detuvieran al recién llegado. Sin embargo, Katsuki no retrocedió. Con velocidad y ferocidad, derribó a cualquiera que se interpusiera en su camino.
— ¡IZUKU! — Katsuki corrió hacia donde Izuku estaba atado, su expresión llena de angustia al ver al peliverde inconsciente.
— Bakugo, estás cometiendo un error al interferir con nuestros planes — advirtió el líder, mostrando serenidad en medio del caos.
— ¡ME IMPORTA UNA MIERDA! — rugió Katsuki, liberando explosiones aún más intensas.Keigo, por otro lado, se encontraba junto a Izuku, evaluando rápidamente la situación. Aunque estaba atrapado entre lealtad y sentimientos encontrados, algo en él se resistía a seguir las órdenes ciegamente. Miró a Izuku, aún inconsciente, y sintió una punzada de remordimiento por su participación en todo esto.
— No mereces esto, Izuku — murmuró Keigo consigo mismo mientras desataba las cuerdas que sujetaban al peliverde.
A medida que las cuerdas caían al suelo, Keigo levantó a Izuku con cuidado. Miró a su alrededor, asegurándose de que nadie lo observara. La batalla entre Katsuki y los secuaces estaba llegando a su clímax, y Keigo aprovechó la distracción para escapar con Izuku.
— Aguanta, Izuku. Vamos a sacarte de aquí — susurró Keigo mientras cargaba al peliverde en sus brazos.
El líder del clan observaba con creciente frustración cómo sus planes se desmoronaban. La irrupción de Katsuki y la traición aparente de Keigo estaban alterando su estrategia cuidadosamente planificada.Katsuki, con su mirada fija en Izuku, finalmente se abrió paso a través de los secuaces y llegó junto a Keigo.
— ¿Qué diablos estás haciendo aquí? — gruñó Katsuki.
Keigo, con un gesto de determinación, respondió: — Estoy haciendo lo correcto. No quiero ser parte de esto.
Antes de que la situación pudiera escalarse aún más, una serie de explosiones más intensas resonaron en el área. Todos se volvieron para ver a un nuevo grupo de personas, liderados por Shoto, Hanta y Denki, avanzando hacia ellos.
— ¡Déjenlo en paz! — gritó Shoto, liberando hielo y fuego a su alrededor.Con las nuevas habilidades otorgadas momentáneamente por Katsuki, derrotaron a todos los miembros del clan excepto uno: el líder. En el calor de la batalla, no se dieron cuenta de en qué momento el líder noqueó a Keigo y tomó al peliverde en sus brazos, regresando al lugar donde estaba haciendo el ritual.
Cuando las cosas parecían controladas, Katsuki buscó a Keigo y lo encontró inconsciente. Preocupado, buscó por todos lados a Izuku, notando que el líder lo tenía como rehén con un cuchillo sobre su cuello, amenazando su vida.
—Se acabó, tus planes no funcionaron. Suelta a Izuku en este momento — ordenó Katsuki, acercándose peligrosamente al líder.
—No te acerques más a menos que quieras ver la sangre de tu precioso Izuku correr — amenazó, al tiempo que encajaba ligeramente la hoja del cuchillo, provocando un corte y dejando ver un hilo de sangre en el cuello del peliverde.
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Cuando te encuentre
FanfictionIzuku y su primo viven en Tokio ambos se encuentran casi por terminar sus estudios, cuando un dia Izuku es hallado en un callejon con heridas graves, no recuerda bien lo que sucedio pero los acontecimientos surgidos desde ese dia destaparon secretos...