Capitulo 8

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Eran cerca de las cuatro de la mañana cuando Katsuki escuchó al peliverde gritar. Corrió a la habitación y lo vio llorando. Se acercó a él para calmarlo.


- Tranquilo, Deku, estás a salvo - lo abrazó y este último se dejó ser. Luego de unos momentos, se calmó - ¿Te sientes mejor?


- Sí, gracias - contestó entre hipidos.


- ¿Quieres hablar de lo que sucedió anoche? - El peliverde dudó un momento, se dio el valor de ver a los ojos al cenizo y volvió a sentir esa conexión, ese lugar seguro para él.


- Yo tengo miedo, no quiero que vuelva. Lo quiero lejos de mi vida. ¿Por qué vuelve cuando ya me estoy olvidando de él, de todo?


Katsuki no entendía muy bien a lo que se refería, pero recordó las palabras de Eijiro: "Sero me comentó que Midoriya sufrió hace unos años una mala situación que estuvo al borde de la muerte". ¿Acaso se refería a eso?


- ¿De qué hablas? - Preguntó el pelicenizo. Izuku se quedó callado. No sabía si debía hablar y contarle su historia a alguien que apenas conocía, pero algo dentro de él le decía que confiara en él, así que con algo de duda así lo hizo.


- Yo... hace poco más de dos años, terminé en el hospital muy grave. Cuando desperté, tenía un fuerte dolor en mi espalda por una herida que me hicieron. Fue muy profunda y perdí mucha sangre. Cuando me explicaron que mi exnovio era el principal sospechoso de mi estado, no lo podía creer, pero las pruebas lo señalaron a él, principalmente porque usó un nombre falso para mí. Él era... era Fujimaru Ritsuka - Tomó aire, el miedo estaba intentando apoderarse de él nuevamente - Su verdadero nombre es Keigo Takami. Después de lo que me sucedió, desapareció. Nunca supe nada de él y la policía nunca dio con su paradero, pero anoche... anoche yo... - Las lágrimas comenzaron a salir y se abrazó al cenizo, que solo lo apretó contra su pecho para que pudiera calmarse - cuando fui al sanitario, esas personas hablaron de él. Dijeron que él los estaba esperando. Al escuchar su nombre, no pude evitar soltar un grito de sorpresa. Se dieron cuenta de que había alguien ahí y me amenazaron, dijeron que escuché algo que no debía y luego ellos... - Ya no pudo continuar, las lágrimas y los sollozos continuaron.


- Tranquilo, estás a salvo. Estás conmigo ahora, no dejaré que nada te pase, lo prometo - había una furia contenida dentro de él al escuchar su historia y escuchar el nombre del causante de todo el daño.


Así es, Bakugo Katsuki conocía muy bien a Keigo Takami. Era un tipo al cual debías tener cuidado, era el jefe de una de las organizaciones del bajo mundo. Dejó entrar a su vida a Keigo pensando que era su amigo, y habían formado una buena amistad hasta ese fatídico día en que él asesinó a sangre fría a su padre. Le exigía que le entregara un objeto que según tenía Bakugo Masaru. Al sentirse frustrado, decidió ponerle fin a su vida. Katsuki, desde entonces, lo buscaba. Quería vengarse del sujeto al que llamó amigo y que asesinó a su padre. ¿Qué tan pequeño era el mundo para que un hermoso peliverde del que se enamoró en cuanto lo vio lo llevara de nuevo a él?


- ¿Te sientes mejor? - Preguntó el ojirojo, a lo que el peliverde solo asintió.


- ¿Te puedo comentar algo? - Katsuki solo asintió.


- Siento que te conozco. No sé cómo explicarlo, pero siento que ya te había visto antes. Sé que suena ridículo, pero me das la confianza necesaria para sentirme seguro a tu lado.

Cuando te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora