Katsuki no tardó en despertar y notó la ausencia de Izuku. Vio la nota que le había dejado con la dirección; su rostro palideció y el miedo intentó apoderarse de él. Salió rápidamente de la habitación gritándole a Hanta, quien salió del despacho.
— ¡Tenemos que darnos prisa, vamos! — lo tomó del brazo y lo guió hasta su auto.
— Bakugo, ¿qué pasa? ¿Dónde está Izuku? — el cenizo no respondió, solo le entregó la nota y lo obligó a entrar al auto — Debemos darnos prisa, llamaré a Kai.
La tensión en la azotea era palpable cuando, de repente, un ruido estruendoso resonó en el lugar. Ambos primos se giraron hacia la fuente del ruido para ver a Katsuki, quien acababa de llegar corriendo.
— ¡IZUKU! — gritó Katsuki mientras se acercaba, con la mirada fija en Tenko.
— Kacchan,— murmuró un tanto aliviado.
Tenko, al ver a Katsuki, apretó aún más la navaja contra el cuello de Izuku, desafiante.
— Un paso más, y no volverás a verlo sonreír — amenazó Tenko, con una sonrisa retorcida. Se puso de pie, obligando a su primo a imitarlo, después de todo, seguía esposado.
Katsuki, con su mirada intensa y determinada, se detuvo a una distancia segura.
— Mira, Tenko, no sé qué demonios te pasó por la cabeza, pero esto no va a terminar bien para ti. Suéltalo ahora y, tal vez, evites meterte en problemas mayores.
Tenko soltó una risa siniestra. — Tú no entiendes nada, Bakugo. Esto es por todo el sufrimiento que este idiota le causó a nuestra familia. Es hora de que pague.
— Puedo entender que estés dolido, pero esto no es la solución. No ganarás nada lastimando a Izuku.
Antes de que Katsuki pudiera terminar su frase, Tenko, en un acto impulsivo, enterró la navaja en un costado a Izuku, quien soltó un gemido de dolor.
— ¡Izuku! — Katsuki rugió, su expresión transformándose en furia pura.
La respuesta de Katsuki fue instantánea. En un movimiento rápido y preciso, se lanzó hacia Tenko, desarmándolo y haciéndolo soltar la navaja. Un enfrentamiento físico se desató en la azotea, con Katsuki decidido a proteger a Izuku y detener a Tenko.
Abajo, Hanta y Kai encontraron a Denki inconsciente con algunas lesiones. — Debemos llevarlo al hospital, llamaré a una ambulancia — comentó Kai. Escucharon el grito de Bakugo y luego los sonidos de la confrontación.
— ¡Tenemos que apurarnos! — exclamó Hanta, sintiendo la urgencia en el aire.
Al llegar a la azotea, se encontraron con la intensa pelea entre Katsuki y Tenko. Kai corrió hacia Izuku para revisar su herida y tratar de calmarlo.
— Izuku, estás bien. Voy a ayudarte — dijo Kai, mientras buscaba algo para detener la sangre.
Mientras tanto, la pelea en la azotea alcanzaba su punto álgido. Katsuki, impulsado por la ira y la determinación, logró someter a Tenko y desarmarlo por completo.
— Escucha bien, escoria. Si alguna vez te atreves a acercarte a Izuku o a cualquiera de nosotros de nuevo, me aseguraré de que pagues un precio mucho más alto. ¿Entendido?
Tenko, derrotado y humillado, asintió con renuencia. La policía, alertada por Hanta, llegó en ese momento para llevarse a Tenko bajo custodia. Parecía que por fin la calma llegaría a ellos. Katsuki corrió hacia donde estaba Kai con Izuku. Por suerte, la herida fue superficial; Kai los dejó solos para ir tras Tenko y quitarle las llaves para liberar a Izuku de las esposas.
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Cuando te encuentre
FanfictionIzuku y su primo viven en Tokio ambos se encuentran casi por terminar sus estudios, cuando un dia Izuku es hallado en un callejon con heridas graves, no recuerda bien lo que sucedio pero los acontecimientos surgidos desde ese dia destaparon secretos...