Los invitados fueron llamados al interior del Club de Campo, donde un puñado de asistentes indicaron el número de mesa al igual que la ubicación de la misma. El grupo de amigos recibió el número treinta y uno, lo cual les pareció algo extraño.
Caminaron entre los demás quienes poco a poco se ubicaron, dejando detrás la gran pista de baile al igual que la mesa principal. Con la mirada logró vislumbrar su asignación, pero no dio crédito hasta que estuvo frente a la misma.
El número 31 era inconfundible, colocado en una vara metálica que se desprendía del centro de mesa. Si Ethan no le atajaba, se habría caído de culo.
—¿Está es nuestra puta mesa? —exclamó la castaña—. ¿Al lado del puto baño? ¿Es una broma?
Los otros siete invitados aceptaron la situación sin pena ni gloria.
—¡Vaya! Miremos el lado bueno, chicos —acompañó la rubia Samantha, optimista nata—. Al menos nos llegará la comida caliente.
Fue para peor. Si no hubiese sido que se estaba orinando, su marido le observó de reojo y Delaney Templeton la acompañó al baño, habría expresado muy fuertemente algunas ideas.
Dentro del toilette costó unas cuantas palabras de su mejor amiga de toda la vida para calmarla. Otro fuerte tirón en su abdomen le obligó a posar una mano sobre su lado izquierdo, llamándole la atención a la chica de piel aceitunada. Sin dudas algo extraño le sucedía a su embarazo.
Volvieron al grupo minutos después con actitud mucho más calmada.
—Espero que la comida esté buena, muero de hambre —dijo Ally—. Y que no sea como la típica comida de ricachón, de esas chiquitas que no llenan ni a una pulga.
Tomaron asiento. El murmullo general tapó el intenso silencio en la mesa; Ethan le palmeó el muslo pidiéndole paciencia y calma. Una punzada se despertó ahora en el lado derecho de su estómago, preocupándola.
La mujer escrutó el ambiente buscando al anfitrión. Lo encontró riendo a carcajadas con sus "amigos" del ejército. ¿Habria sido él el de la idea? ¿O Kelly? ¿Sus padres? ¿Una casualidad?
—Mi cielo, calma —advirtió Ethan, voz tensa—. ¿Qué dijimos al venir?
La castaña habló por lo bajo y entre dientes, oyendo una charla entre los demás comensales sobre las luces LED. El cortinado interno tenía sets de luces colgantes, emitiendo brillos descendentes en distintos patrones y colores.
—Yo estoy muy calmada, querido. ¿No me ves? Estoy por saltar en una pata de la alegría.
—Pasémosla bien con tus amigos, mañana hablaremos del tema, ¿sí?
—Lo que mi hombre diga.
«Y pensar que solíamos tener... da igual. Ya no vale la pena molestarme.» La mujer de ascendencia mexicana y ella echaron sendos vistazos hacia el lado derecho del salón. Al otro lado, casi en la otra punta y cerca de la familia del novio, sus amigos de tenis al igual que otros de su época adolescente.
A decir verdad, se sintió relegada a ser un estorbo. La chica de ojos oscuros envió un mensaje por su holoteléfono, el cual abrió con cuidado de no ser vista por los demás. Ella también pudo notar la misma diferencia de asientos.
De las mesas linderas no conocían a nadie. Creían que eran amigos de la novia, aunque tampoco estaban tan seguras. ¿Compañeros de trabajo, quizá? ¿Algún primo tercero? Difícil decirlo. Su mente creativa (sumada a la perspicaz de Delaney) no lograron llegar a una conclusión sólida.
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Sombras del Ayer
FanficDennis, un hombre a punto de casarse, invita a su boda a Ethan Winters y su esposa Chelsea, con quienes compartió una intensa amistad en el pasado. Sin embargo, el encuentro despierta sentimientos olvidados y desencadena una serie de eventos que sac...