Cansada de tanta cháchara, diversión y ser observada por Dennis, decidió tomarse un respiro en el exterior. La noche refrescó gracias a la asistencia de la suave brisa; sintió las manos enfriarsele, la mente exhausta y los bebés inquietos.
«De no ser porque estoy embarazada me habría prendido un cigarrillo. Dios, que gran momento para algo de nicotina.» Viajar por su inestable adolescencia, recordar ciertos momentos bastante desagradables...
Aún peor fue la fotografía de su graduación. Dos semanas antes se practicó un aborto y dos semanas después Dennis se fue al ejército. ¿Por qué su cabeza no dejaba de darle vueltas a aquello? Se encontró a sí misma rumiando en el recuerdo, pese a haber salido de toda esa situación y vivir una vida apetecible.
«Quizá porque me recuerda a las sensaciones y emociones, y eso que ya no soy la misma.» Transformó su dolor en acción, en nuevas oportunidades y cruzó el puente.
Se convirtió en una mujer con experiencia y resiliencia. No una niña o jovencita explotada. Se alejó del bullicio del salón principal dando pasos tranquilos y los brazos cruzados.
Inhaló la fragancia ambiental, observando que los empleados del lugar removieron casi la totalidad de los arreglos de la recepción. Descendió los escalones suavemente, sujetando el barandal y una mano en el bajo vientre. ¿Por qué tiraba tanto? Oyó la fuente del segundo nivel, y admiró las tranquilas aguas.
Optó por tomar asiento en la tercera terraza, la que daba directamente al verde césped del inmenso campo de golf. Divisó en la distancia los hoyos, árboles al igual que las trampas para las pelotas.
Encontró un banco de madera disponible y lanzó un sonoro suspiro. Práctico algunos ejercicios de respiración para calmar los tensos músculos, ceño fruncido, pensando en el viaje al extranjero. «Lo único que me falta es tener que atrasar nuestra mudanza. Porfa hijitos déjenme llegar al puto Reino Unido.» Rezó porque no fuese nada grave.
Se mantuvo en silencio varios minutos, saboreando el fresco contra la piel y jugueteando con sus bebés. A veces movía su estómago a propósito para sobresaltarlos, o palmeaba un poco más fuerte y sentirlos moverse.
Todo iba bastante tranquilo hasta que percibió pasos rápidos acercarse. Resignó el abandonar el momento de calma ante la visita de un extraño.
—¿Chels? —oyó una pincelada de desesperación en la voz, pero lo que más le impactó fue oír el timbre—. ¡Chelsea! ¿Dónde estás?
«Me cago en mi madre y en mi padre... es lo único que me faltaba.» Dennis.
Lo vio descender hacia su posición con rostro desencajado. Se quedó quieto al encontrarla, volviendo lentamente el cuerpo hacia ella.
—¿Qué tal lo llevas, campeón? —soltó irónica. Él se acercó y su perfume masculino se perdió en la peste alcohólica—. ¡Vaya! Hueles... a bar.
Una repulsión la asaltó. Gracias a sus ocho años de sobriedad desarrolló un instintivo asco al olor de alguien borracho.
—Lo intento lo mejor que puedo, pero la verdad es que...
Se sentó torpemente a su lado. Ella se apartó discretamente hacia el extremo opuesto.
«Igual al marzo de ese año...» Su estómago se revolvió al tenerlo tan cerca. Le recordó cuando ambos dieron un salto equivocado.
—Bueno, es difícil y lo comprendo. Las bodas nunca son fáciles, es mucho estrés para un par de horas.
—Y que lo digas... ¿Sabes? Necesito decirte algo.

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Sombras del Ayer
FanfictionDennis, un hombre a punto de casarse, invita a su boda a Ethan Winters y su esposa Chelsea, con quienes compartió una intensa amistad en el pasado. Sin embargo, el encuentro despierta sentimientos olvidados y desencadena una serie de eventos que sac...