Chica de pelo castaño y largo,
tiene el pelo rizado pero se lo alisa, ojos marrones.
A mi parecer, es una persona que está cansada de dar tanto y recibir solo putadas.
No sería la primera vez que le menciono que me recuerda a un sol pues su presencia es cálida y su ausencia notoria.
Estoy segura de que está leyendo esto ahora mismo.
Bienvenida, SIETE.
Por fin ha llegado el momento que tanto decías que esperabas, tu carta. En su momento me enviaste un video donde debía hacerte una, alguna que fuese memorable, así que aquí estoy.
En esa carta te mencionaba que de pequeñas nunca llegamos a interactuar, sabía quien eras pero no me acordaba de tu existencia. Nunca coincidimos en clase ni en los patios, ni siquiera llegamos a intercambiar un simple hola. Es por eso que mi yo del pasado se sorprendería si le dijese que actualmente eres una de las personas más importantes para mi, más que aquella amiga que tenía en primaria o DOS, se sorprendería si le dijese que en mi día a día estás tú presente contándome cosas, ya sean experiencias, rollos o simplemente cualquier tontería que se te pase por la cabeza. Seguramente se sorprendería de aquella charla que tuvimos en inglés formativa en ese bendito curso, segundo de la ESO.
Esa charla que tuvimos a casi finales de segundo trimestre, cuando tú empezaste a salir de aquel grupo en el que estabas el cual te había hecho daño, cuando tú empezaste a juntarte con nosotras. Esa charla, donde apenas habíamos intercambiado tres palabras pues realmente yo apenas estaba en los patios o con vosotras, charla que surgió porque nos tocó en un speaking juntas donde había que hacer preguntas personales, así fue como empezamos a hablar de todo. En ese momento me comentaste solo algunas cosas, cosas que me dieron a entender que teníamos más en común de lo que yo creía. Esa charla de algún modo nos unió, pese a que continuamos sin hablar tanto. Me encanta que desde entonces nos hayamos seguido llevando bien y que me sigas aguantando después de ya 2 años.
Siendo honesta, no habría llegado hasta aquí sin ti, sin la persona que me escucha y me intenta motivar a pesar de lo negativa que soy, sin aquellas risas y buenos momentos que hemos pasado juntas. Últimamente, has estado mencionando que posiblemente este año sea el último que nos veamos, me entristece mucho pues es cierto que al tener diferentes horarios e ir a diferentes institutos es muy complicado hablar, y sé que nos vamos a distanciar aunque siga escribiéndote de vez en cuando, pues vas a hacer tu vida y ese es el objetivo más importante. Aún así me da miedo, no voy a tener a esa persona constante y cálida en mi vida que me escuche y me dé golpes de realidad o simplemente haga que me olvide de ellos pues me está distrayendo con sus cosas, charlas... Lo que sí tengo claro es una cosa, que si llegamos a distanciarnos del todo vas a ser una de las pocas experiencias buenas que he tenido a lo largo de secundaria, te guardaría como uno de los mejores recuerdos de mi adolescencia pues hemos pasado tantas cosas juntas que sería imposible no acordarse de ti, eres una de las pocas razones que tuve en mis peores épocas para quedarme.
Hubo un tiempo que sentía que nos habíamos distanciado pues hemos cambiado y ya no somos tan parecidas como antes, he de admitir que entiendo que estés un poco hasta los cojones de mi pues cuando estás mucho tiempo con alguien no tan parecido a ti es normal que estés hasta las narices. A veces, cuando me dan bajones, sí es cierto que me entristece esta parte, pero no debería de ser así pues es comprensible, aunque no sea como antes sigues a mi lado y eso es lo que me importa. De verdad que estoy muy agradecida por todo, por aguantar lo tocahuevos que soy y las cagadas que hago. Cagadas como cuando, a principios de curso, estábamos hablando de lo injusto que era que tu hermana se hubiese llevado ropa tuya allá a donde ha ido a estudiar pues ella tenía mucha ropa y yo di a entender que su ropa era más bonita que la tuya, aunque no piense eso, o cuando dejaste que me quedase en tu casa pues mis padres se habían ido al pueblo y yo al día siguiente te dejé la mierda de recoger el cuarto aún cuando teníamos que estudiar. Mencionaría más, pero la carta es sobre ti, no sobre las cagadas que he hecho a lo largo de estos dos años. De verdad que agradezco todo lo que me has ayudado y apoyado, con lo de DOS aún sabiendo que yo también hice las cosas mal, por ejemplo. Lo mucho que me apoyaste con lo de CINCO y lo poco que te importaba que me quedase sin tema de conversación o que le cayese mal a casi todo el curso. Lo poco que te importaban mis gustos y lo mucho que me ayudabas con matemáticas, física y química... Estoy muy agradecida, de verdad, y siento mucho todo lo que he podido llegar a cagarla.
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Rabietas adolescentes.
Teen Fiction¿Existe alguna persona que realmente ha disfrutado sus comienzos en la adolescencia?